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2012 - España
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Como buey al matadero

10 Minutos y 3 Personajes. Tres adolescentes comentan lo que ven en un libro poco recomendable para chicos. Uno de ellos acusa al resto de ser poco hombres por no querer ir a ver una película con contendido sexual pero un joven se mantiene firme en su identidad.


COMO BUEY AL MATADERO




PERSONAJES

DAVID
KEVIN
SEBASTIAN



ESCENARIO
Tres sillas colocadas en el centro del escenario


(Kevin está sentado, hablando con Sebastián.)

DAVID. (Entra por la izquierda con un libro en sus manos. Su actitud es muy misteriosa. Se acerca a donde están Kevin y Sebastian.) ¡Ey, miren lo que tengo! (Abre el libro y se lo enseña a los dos.) ¿Qué les parece? Una obra de arte, ¿no lo creen?

KEVIN. (Muy asustado.) ¿Dónde sacaste eso?

DAVID. (Sentándose a la par de ellos.) Mi hermano mayor tiene un montón de esas revistas debajo de la cama.

SEBASTIAN. (Sigue mirando como atontado el libro.) Vaya, nunca había visto nada igual.

KEVIN. Sí, yo tampoco.

SEBASTIÁN. ¿Y todo eso es de ella?

DAVID. Sí, mi amigo, todo eso es de ella.

SEBASTIÁN. (Sin salir de su estado de shock.) Vaya, nunca había visto nada igual.

KEVIN. ¿Y tu hermano no se enoja?

DAVID. No, porque ni siquiera sabe que la tengo.

SEBASTIÁN. (Sigue mirando el libro, le da vuelta y lo pone al revés.) Vaya.

KEVIN. Mi hermana tiene un libro parecido a ese y lo único que tiene son números.

DAVID. Claro, tonto, ese es un libro de matemáticas; yo lo uso para andar la revista escondida.

KEVIN. Ah, ya, con razón...

DAVID. (Le quita el libro a Sebastián.) Es más, mi hermano tiene películas que en la portada tienen tres equis rojas. Yo vi una anoche, a escondidas de mis papás y de mi hermano, y estaba buenísima.

KEVIN. Pero, ¿no que tus papás son cristianos?

DAVID. Sí, pero mi hermano tiene todo escondido y ellos nunca lo han visto.

SEBASTIÁN. ¿Y tu hermano no es cierto que toca en el grupo de música?

DAVID. Sí, pero igual, tiene todo eso y nadie le dice nada. Es más, una tarde de éstas se fue con unos compañeros par una casa, yo lo vi y me le puse al corte. Cuando llegué a la casa me asomé por una ventana y vi lo de la película pero en vivo y a todo color.

KEVIN. (Sorprendido por lo que le dice David. Se pone de pie.) ¡Qué bárbaro!

DAVID. (Se pone de pie. Con tono muy cínico.) Sí, bárbaro, buenísimo.

KEVIN. No, hombre, qué bárbaro vos poniéndote en esas cosas.

DAVID. ¿Qué tiene de malo hacer esas cosas?

SEBASTIÁN. (Se pone de pie.) No te acordás lo que cantábamos en la escuelita de la iglesia: cuidado tus manitas lo que tocan, cuidado tus oídos lo que oyen, cuidado tus ojitos lo que ven...

DAVID. Bah, esas bobadas de la escuelita, no sé cómo nos ponían a hacer tanto ridículo.

KEVIN. Sebastián tiene razón, David, debes de tener cuidado con lo que ves, o tocas y en donde caminas.

DAVID. Ah, ya, déjate de tantas bobadas.

SEBASTIÁN. Es que no son bobadas, David.

DAVID. Vean, lo único que yo sé es que eso me hace más hombre.

KEVIN. ¿Quién te dijo que eso te hace más hombre?

DAVID. Mis compañeros me lo dicen. Me dicen que si yo tomo o fumo y veo de estas cosas, (enseñando el libro) me voy a hacer más hombre.

SEBASTIÁN. Yo no necesito hacer esas cosas para sentirme hombre, tengo la plena seguridad de que lo soy.

KEVIN. Sí, yo también.

DAVID. (Burlándose de ellos.) Pobre, ustedes son unos gallinas.

SEBASTIAN. (Molesto.) Nosotros no somos gallinas.

DAVID. Sí lo son.

KEVIN. (Lo empuja. Y trata de pegarle pero Sebastián lo detiene.) Que no somos gallinas.

SEBASTIÁN. (Se lleva a Kevin para tratar de calmarlo.)

DAVID. (Se pone de pie, se sacude la ropa y recoge el libro. Luego les dice a los dos chicos.) Bueno, si no lo son, los espero en el puente que está antes de la iglesia para ir a la casa donde fueron mi hermano y sus amigos.

KEVIN. ¿A qué vamos a ir?

DAVID. A hacernos hombres.

SEBASTIÁN. Mis papás no me dejan.

DAVID. (Hace como gallina.)

KEVIN. (Trata de írsele encima, pero Sebastián lo detiene.) Ya te dije que no somos gallinas, y vamos a ir para que lo veas.

DAVID. Está bien, ahí los espero, no vayan a faltar. (Sale por la derecha. Mientras camina va haciendo como gallina y burlándose de ellos.)

KEVIN. (Le grita a David.) Ya te dije que no somos gallinas.

SEBASTIÁN. (Calmando a Kevin.) Ya, déjalo, no le hagas caso.

KEVIN. ¿Qué? ¿Vamos?

SEBASTIÁN. ¿Estás loco? Yo no voy. (Se sienta.)

KEVIN. ¿Qué quieres? ¿Que David se siga burlando de nosotros?

SEBASTIÁN. No.

KEVIN. ¿Entonces?

SEBASTIÁN. Si nosotros le hacemos caso, entonces se va a dar cuenta que nos puede hacer como le da la gana.

KEVIN. Sí, sobre todo.

SEBASTIÁN. (Se vuelve a poner de pie.) Mira, Kevin, si vos querés ir, andá, pero yo no pienso ir como un buey cuando lo llevan al matadero.

KEVIN. Déjate de decir babosadas.

SEBASTIÁN. Yo no estoy diciendo babosadas. Sólo que no pienso hacer algo que vaya en contra de lo que mis papás me han enseñado.

KEVIN. Bueno, allá vos, si quieres ser el hazmerreír de todos en el colegio.

SEBASTIÁN. No me interesa, sólo me interesa lo que va a decir Dios de mí.

KEVIN. (Se queda pensativo.) Tienes razón, la opinión de Dios vale más que la de todos los demás.

SEBASTIÁN. Entonces, ¿no vas a ir?

KEVIN. No sé, voy a pensarlo.

SEBASTIÁN. Bueno, mejor vamos a jugar al futbolín.

KEVIN. (Como sin ganas.) Está bien, vamos.

(Se apagan las luces. Después de 20 segundos se encienden de nuevo.)

DAVID. (Está sentado, esperando que lleguen Kevin y Sebastián. Mira el reloj a cada rato. SE pone de pie, hace como una gallina y camina hacia la derecha, riéndose.)

KEVIN. (Entra antes de que David salga.) David.

DAVID. (Se vuelve.) Kevin, qué bueno que viniste. ¿Y Sebas?

KEVIN. No va a venir. Yo me vine a escondidas de él.

DAVID. Pero, ni que fuera tu papá para esconderte de él.

KEVIN. Sí, tienes razón.

DAVID. Bien, vamos que se hace tarde.

KEVIN. (No muy seguro.) Vamos.

(Ambos salen por la derecha. Se escucha una voz en off.)

VOZ EN OFF. Como un buey rumbo al matadero, como un ciervo que cae en la trampa y al que luego una flecha le parte el corazón; como un ave que se lanza contra la red, sin saber que eso le va a costar la vida.

(Se apagan las luces.)

Las decisiones y sus consecuencias

11 Minutos y 8 Personajes. Carlos toma una decisión apresurada que le trae malas consecuencias.

LAS DECISIONES Y SUS CONSECUENCIAS


Tema: Cómo el diablo nos tienta a tomar decisiones insensatas.

PERSONAJES

CHAMUQUILLO
CHAMUMALITO
MALVADO
CARLOS
DANIEL
BETO
MARTA
MAMÁ


ESCENA I

(Dos demonios desanimados están esperando a su jefe.)

CHAMUQUILLO. ¿Qué haremos ahora? Parece como si Carlos fuera un cristiano fuerte como Daniel. Ya sabe que puede resistir siempre al diablo usando la verdad de la Palabra de Dios y recordando el poder de la sangre de Cristo que se derramó en su muerte en la cruz para despojarnos, dejándonos solamente el arma de la decepción.

CHAMUMALITO. ¿Por qué no podemos ser asignados a una persona que le tenga miedo al diablo?

CHAMUQUILLO. Sí, solamente así sería posible para nosotros hacer algo verdaderamente malo. Necesitamos un aumento.

(Entra Malvado.)

MALVADO. ¿Qué es esto que oigo de un aumento? Debería pagarles menos, no he oído ninguna buena mala noticia de este pueblo por meses. ¿Qué han hecho? Carlos ya está establecido en la fe y el grupo de jóvenes anda bien. Ustedes son unos inútiles, flojos...

CHAMUQUILLO. Insensatos, necios, perezosos, ignorantes y faltos de habilidad. ¡Mejor nos vamos a Acapulco de vacaciones!

MALVADO. ¡Cuidado! Ustedes son todo esto y mucho peor. No tienen nada de creatividad y menos persistencia.

CHAMUMALITO. ¿Y qué hacemos? Siempre seguimos las órdenes con pésimos resultados. Estos jóvenes oran y aun Satanás mismo no puede nada en contra de la oración.

MALVADO. ¡Cállate! Si intentan hacerlos pecar en gran manera, no funciona. Hay dos estrategias muy seguras. Trata de hacerlos que hagan decisiones de repente sin orar ni pedir consejo. Tiéntalos de dejar lo mejor por lo bueno. El mal uso del tiempo o dinero puede apartar a alguien de Dios. También pueden usar amistades íntimas de personas que son menos entregadas al Señor o de paganos que pueden ser malas influencias.


ESCENA II

(Sala o comedor de Carlos. Carlos está hablando con Daniel por teléfono.)

CARLOS. Pero Daniel, no sé como vivir sin un carro. A mí me aburre esperar el camión y ¿cómo es posible invitar a una chica a salir conmigo si tenemos que andar en camión? Además, la muchacha que quiero invitar a salir porque ya estoy seguro de que es ella la que me gusta, es Marta y ella vive muy lejos, no puedo andar en camión.

VOZ de DANIEL. Pero endeudarte es muy peligroso. Proverbios 22:7 dice: "El que toma prestado es siervo del que presta".

(Tocan a la puerta.)

CARLOS. Alguien está tocando en la puerta. Adiós. Nos vemos el sábado. (Va a abrir la puerta a Beto. ¡Qué milagro! Pásale.

BETO. (Entra.) ¡De veras me da tanto gusto verte otra vez! Lo siento por descuidar a mis amigos. Pero cuando tengas novia vas a entenderlo. ¿Cómo has estado?

CARLOS. Bien, siéntate.

BETO. ¿Sabes qué? Voy a estudiar en el D.F. Allá es demasiado difícil tener un carro. ¿No quieres comprar mi carro? Es casi nuevo y te daré muy buen precio.

CARLOS. ¿Y vas a dejar a tu novia para estudiar por años en el D.F.? Oí que tenías planes de casarte.

BETO. Pues es que si no puedo ganar bien, ¿cómo podríamos vivir felizmente? Regresando al carro, tiene un estéreo fantástico y llantas nuevas.

CHAMUQUILLO. Carlos, cómpralo hoy, hay muchos que quieren el carro. Nunca tendrás otra oportunidad igual. Dile que sí.

CHAMUMALITO. Así podrías salir con Marta, ándale.

CARLOS. Pues el mío ya es un desastre y si me das un buen precio pues sí me gustaría, pero necesito platicar con mi papá y manejarlo por un día.

BETO. Si no me tienes confianza, se lo voy a vender al vecino. Solamente pensé en darte la primera oportunidad.

CARLOS. Sí, te lo compro. ¿Para qué gastar dinero en arreglar el mío otra vez?



ESCENA III

(Carlos y Marta en un restaurante.)

NARRADOR. Por un mes Carlos estuvo muy feliz. Todos admiraron su carro rojo y Marta estaba encantada en salir con él. Pero gastó mucho en reparaciones para su carro y andar con Marta le costó más de lo que esperaba. Total que necesitaba trabajar más para pagar el carro y el único trabajo que podía conseguir era atender la tienda de su tío los fines de semana. Por eso, perdió la reunión de jóvenes y la Iglesia por la mañana. Y después de conocer más a Marta, era obvio que no era tan espiritual como parecía en la Iglesia. Y para aumentar los problemas todavía más, se descompuso la transmisión de su carro. Su papá lo regañó por no pedirle consejo antes de comprar el carro. Viendo en anuncio de la boda de Beto en el periódico, Carlos supo que no era la verdad lo que dijo acerca de estudiar en la capital. Él solamente quería vender el carro porque sabía que tenía mil problemas. Son las siete de la tarde y Carlos y Marta están platicando en un restaurante.

MARTA. No salimos casi nunca y no me invitas a lugares interesantes. A mí me gusta ir a todos los cines que mis amigas han ido. No me gusta perderme ninguna fiesta.

CARLOS. Somos cristianos. Tantas películas son basura. No podemos llenar nuestras mentes con estas cosas. Si la fiesta es de tomar y drogarse no es divertido. Tenemos más diversión en el grupo de jóvenes que en fiestas paganas. Tú sabes que necesito trabajar muchas horas y las materias en la escuela este semestre han sido muy pesadas.

MARTA. Estoy harta de andar en camión. Por lo menos arregla tu carro.

CARLOS. Martita, se descompuso la transmisión. No es cualquier cosa. Va a costar un dineral. No tengo el dinero y mi papá no me ayudará porque está enojado porque no pedí su consejo antes de comprar el carro.

MARTA. No quiero pelear contigo. Búscate otra novia. Este no es el noviazgo con rosas y comida en restaurantes finos y fiestas que yo siempre soñé. Debes dedicarle tiempo a tu novia. Si quieres llenar los requisitos, llámame, si no, adiós

CARLOS. Te acompañare a tu casa.

MARTA. No es necesario, tengo dinero para un taxi. Adiós.

(Carlos no se mueve de su sitio, como que se quedó atónito.)

CHAMUQUILLO. No puedes vivir sin Marta. Llévala a las fiestas y al cine cada semana.

CHAMUMALITO. Eres un fracaso. Mejor deja la escuela para andar con Marta.

(Carlos se queda muy deprimido y solo.)


ESCENA IV

(Carlos en su recámara.)

CARLOS. (Prendiendo la tele.) Yo sé que no debo mirar esta película pero estoy tan deprimido y es chistosa. Si no hago algo para quitarme de la mente los problemas de esta noche no voy a dormir bien.

CHAMUQUILLO. Es la película del año, ándale. Si de veras es malo te arrepentirás mañana.

VOZ de MAMÁ. (Gritando.) Te busca Daniel.

CARLOS. Pásalo a mi cuarto. (Apaga la tele.)

(Toca Daniel.)

CARLOS. ¿Cómo sabías que te necesito urgentemente?

DANIEL. Acabo de salir del trabajo y sé que es poquito tarde pero sentí que debía pasar para saludarte.

CARLOS. Gracias, mil gracias.

DANIEL. ¿Qué pasó?

CARLOS. Todo mal, Marta cortó conmigo y la transmisión del carro se descompuso. Salí muy mal en el examen de electrónica por trabajar y estudiar tanto tiempo; estoy exhausto.

DANIEL. Tú necesitas aclarar tus prioridades. ¿Qué es más importante: un carro o Dios? ¿Marta o Dios?

CARLOS. Seguramente Dios, pero tú tienes carro y novia y también tienes a Dios.

DANIEL. Le doy gracias a Dios que mi carro, cinco años más viejo que el que tenías tú y vendiste, todavía camina. También Fabiola es una bendición muy grande. Ella ama a Dios más que a mí. Ella siempre me permite servir a Dios y realmente con trabajar, estudiar y estar activos en el ministerio no tenemos mucho tiempo para estar juntos. Por ejemplo, le llamé a ella antes de pasar aquí porque tenía planeado pasar por tu casa. Pero ella quiere que sirva a Dios y está dispuesta a aceptar lo que hago. Muchas semanas nos vemos solamente en la Iglesia. Créeme, yo sé que no es fácil no tener carro pero te está costando tu tiempo con Dios y tu paz. Y realmente una muchacha tan egoísta como Marta no vale la pena. Sí, es muy bonita y puede ser agradable, pero la veo fría espiritualmente.

CARLOS. Pero, ¿qué hago?

DANIEL. Si yo estuviera en tu situación, yo vendería el carro, siendo honesto sobre los problemas que tiene. Empezaría a pagar a Beto ese dinero. Entonces, me salía del trabajo los fines de semana para poder asistir a la Iglesia y con el otro trabajo terminar de pagar a Beto. Y oraría por una novia que realmente quiera servir a Dios y te ame a ti sin carro o con carro.

CARLOS. Tienes razón, y realmente todo esto pasó porque nunca pedí consejo de cristianos y personas maduras, ni oré acerca de las decisiones importantes. De pronto compré el carro y le pedí a Marta que fuera mi novia.

DANIEL. Si aprendes esta lección, aun la pérdida de dinero vale la pena. Muchos Cristianos grandes todavía no han aprendido: "Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo, mas en la multitud de consejeros se afirman" Proverbios 15:22

Tu mente es el campo de batalla por la verdad

10 Minutos y 8 Personajes. Los diablos intenta por todos los medios que Carlos se distraiga para no concentrarse en la Biblia, ni en la iglesia.

TU MENTE ES EL CAMPO DE BATALLA POR LA VERDAD



Tema: Como guardar tu mente de ataques satánicos

PERSONAJES

NARRADOR
MALVADO
CHAMUQUILLO
CHAMUMALITO
PREDICADOR
DANIEL
CARLOS


JAZMÍN


ESCENA I

(Los tres demonios en la calle.)

NARRADOR. Chamuquillo y Chamumalito son dos demonios desanimados. Todavía no han desviado a Carlos del camino del Señor. Se encuentran con su jefe Malvado. Vamos a ver qué sucede.

MALVADO. ¿Qué pasa demonitos? Se ven muy tristes.

CHAMUQUILLO. Pues, Jazmín no fue a la disco con Carlos. Peor todavía, a él le gustó el estudio Bíblico y la reunión de jóvenes. Lo horrible es que regresó de vacaciones Verónica y al verla, se dio cuenta de nuestra mentira de que no había muchachas bonitas en la Iglesia. En realidad todas le parecieron tan guapas que pienso que ya se olvidó completamente de Jazmín.

MALVADO. Ustedes son unos bebés y no entienden bien cómo luchar. Su estrategia debe ser meter siempre mentiras en la mente de Carlos. Si una no funciona, hay diez más que le pueden echar. El chiste es decirlas tan frecuentemente que siempre pensará que son verdad. Lo más importante es molestarlo tanto que no pueda leer la Biblia; distraerlo cuando alguien predica o enseña la palabra y contradecir todo lo que dicen las escrituras.

CHAMUMALITO. ¿Pero, tanto trabajo?

MALVADO. Hay que echarle duro 24 horas cada día y nunca rendirse. Algunas de nuestras más grandes victorias han sucedido después de años de atormentar y engañar a alguien.

CHAMUQUILLO. Pero la Biblia dice: "Someteos, pues a Dios, resistid al diablo y huirá de vosotros". Una vez que Carlos lea esto va a saber que puede resistir y que no tenemos ningún poder real contra él.

MALVADO. Los Cristianos pueden leerlo mil veces sin caerles el veinte. Si no aplican la Biblia a sus vidas todavía podemos engañarlos. Hay que convencerlos de que su situación es única y que la Palabra de Dios no sirve en estas circunstancias tan difíciles.

CHAMUQUILLO. Pero si Carlos lee: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana, pero fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida para que podáis soportar", él va a saber que tenemos realmente muy pocas técnicas y Cristo le dará siempre el poder para evitar caer en tentación si él depende de Jesús.

MALVADO. (Con ira.) ¡Cuidado! Soy tu superior. Regresando al tema, los lobos separan un alce de los demás y empiezan a molestarlo hasta que no puede ni comer, ni dormir en paz. Por fin se rinde el alce acostándose frente a ellos y lo atacan. Esta es su estrategia contra los Cristianos. Nunca permitan que ellos piensen que tienen autoridad. Hagan todo lo posible para que nunca encuentren Lucas 10:19, donde Jesús dijo: "He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañara".

CHAMUQUILLO. Pues. ¡Al ataque!


ESCENA II

(Daniel y Carlos en la iglesia escuchando al predicador. Chamuquillo y Chamumalito tratando de quitar la palabra de la mente de Carlos.)

NARRADOR. Carlos fue a la Iglesia con Daniel. Pero por el trabajo de Chamuquillo y
Chamumalito, Carlos oye muy poco.

PREDICADOR. El texto de hoy es Efesios 6:17 "Y tomad el yelmo de la salvación y la espada de Espíritu, que es la Palabra de Dios".

CHAMUQUILLO. Carlos, olvidaste cerrar tu carro con llave y alguien te lo va a robar.

CHAMUMALITO. Carlos, ¿recuerdas las caricaturas que viste cuando eras niño y lucharon los grandes caballeros con espadas?

PREDICADOR. Si de verdad crees en la Palabra de Dios puedes evitar la mayoría de las preocupaciones y problemas en la vida. La Biblia dice: "Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo". El Cristo que vive en usted es más poderoso que cualquier tentación.

CHAMUQUILLO. Carlos, no funcionará para ti. A ti te gustan las revistas medio pornográficas. No puedes ayudarte a ti mismo. Eres adicto ya. No puedes cambiar, ni trates de hacerlo.

PREDICADOR. La Biblia dice: “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir... mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas”. Usted puede confiar en Dios por cada necesidad, sin preocuparse.

CHAMUMALITO. Dios ayudará a los que se ayudan a sí mismos. Tú puedes perder tu trabajo. Si pierdes el trabajo no puedes manejar un carro. Sin carro ninguna chica bonita va a salir contigo.

PREDICADOR. En el nombre de Cristo. Amén.

DANIEL. ¿Disfrutaste el culto?

CARLOS. Pues, es trabajo duro tratar de escuchar un sermón.

DANIEL. Parte del problema es que no tenemos mentes disciplinadas. Pero también el diablo puede poner un pensamiento en nuestras mentes. En Cristo, tú tienes el poder de rechazar pensamientos malos. II Corintios 10:4-5 dice: "Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo". Tú puedes hacer esto. Y no olvidarte de leer tú Biblia cada día.



ESCENA III

(En el cuarto de Carlos.)

NARRADOR. Carlos decidió que va a leer su Biblia en la mañana antes de ir a la escuela y a su trabajo.

CHAMUQUILLO. (A Chamumalito.) Quédate con Carlos. Voy con Jazmín

CARLOS. Aquí está mi Biblia. Debo continuar leyendo en Marcos. (Abre la Biblia y se sienta.)

(Suena el teléfono.)

CARLOS. (Sin entusiasmo.) ¿Bueno? Hola jazmín. ¿Qué pasa? Son las seis de la mañana.

JAZMÍN. (Llorando.) Te necesito. Te necesito tanto. Mi abuelita se está muriendo.

CARLOS. ¿Qué es lo que tiene?

JAZMÍN. Sufrió un ataque al corazón.

CARLOS. Mi tío es especialista y jefe del departamento en el Seguro Social número 8. Él puede arreglar todo para que ella reciba el mejor cuidado. ¿Necesitas una ambulancia?

JAZMÍN. No, se quedó dormida; pero, ¿no entiendes? Yo necesito de ti. (Llorando otra vez.)

CARLOS. Yo te ofrecí ayuda que no quieres aceptar. Eso es todo. Adiós. (Cuelga.) A ver, estoy en Marcos 4:14 "El sembrador es el que siembra la Palabra. Y estos son los de junto al camino; en quienes se siembra la Palabra, pero después que la oyen, enseguida viene Satanás y quita la palabra que se sembró en sus corazones".

CHAMUMALITO. ¿Cómo puede Satanás quitar lo que está sembrado? Todo esto es mentira, mentira. Si no oyes bien, es tu culpa. Si tienes mala memoria, eres distraído o ignorante, el diablo nunca tiene nada que ver con esto.

CARLOS. (Sigue leyendo.) "Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han leído la palabra, al momento la recibieron con gozo, pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan".

CHAMUQUILLO. ¡Mira! La Palabra de Dios es peligrosa. Va a traerte persecución. Y con razón, dice cosas muy raras.

CARLOS. (Sigue leyendo.) "Estos son los que fueron sembrados entre espinos, los que oyen la Palabra, pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la Palabra, y se hace infructuosa".

CHAMUMALITO. ¿Ves? La Biblia está en contra del dinero. Si no quieres ser un miserable, pobre, deja todo esto de ser cristiano.

CARLOS. ¡Un momento! Esto es el ejemplo del diablo poniéndome pensamientos en mi mente. El versículo no dice que Dios está en contra del dinero, solamente que las riquezas pueden ahogar la Palabra. Pero si pongo a Cristo primero, no sucederá.

CHAMUQUILLO. ¡Oh no! Ya sabe el secreto de que no debe aceptar nuestras mentiras en contra de la Palabra de Dios.

CHAMUMALITO. Pero podemos hacer tanto escándalo que se olvide de la verdad.



ESCENA IV

(En el cuarto de Carlos.)

NARRADOR. El día de hoy fue horrible. Llegó tarde a la escuela, salió mal en un examen, su jefe lo regañó y chocó su carro.

CHAMUQUILLO. Carlos, ¿por qué lees la Biblia? Este ha sido el peor día de tu vida y todo después de una semana de leer la Biblia.

(Suena el teléfono.)

DANIEL. Carlos, ¿cómo estás?

CARLOS. Pues mal, nada salió bien hoy.

DANIEL. El diablo se siente muy infeliz cuando alguien acepta a Cristo. Él quiere hacer todo lo que pueda para desanimarte.

CARLOS. Siento que hago todo mal.

DANIEL. Eso no es cierto. El diablo es el gran acusador. Enfócate en la verdad. La Biblia dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". La verdad es que Cristo ganó la victoria sobre el diablo en la cruz hace 2000 años. Tú necesitas pararte contra la mentira que él quiere usar para vencerte. Solamente hay que recordar que la flojera de tu carne o la atracción del mundo pueden hacerte decidir de mirar la tele en vez de leer la Biblia. Hay muchas cosas que tu necesitas dominar.

CARLOS. Soy deportista y me gusta ganar. No importa lo que pase, no voy a dejar de leer mi Biblia.

La diferencia entre un cristiano y un cristianito

5 Minutos y 4 Personajes. Dos amigas hablan sobre el prometido de una de ellas. El joven parece no haber comprendido qué significa entregar su vida a Cristo y su amiga está preocupada por el futuro de ambos.

LA DIFERENCIA ENTRE UN CRISTIANO Y UN CRISTIANITO



Tema: El Nuevo Nacimiento.

PERSONAJES

ANDREA
LILY
KIKO
NARRADOR


ESCENA

(Andrea y Lily platicando mientras toman un refresco o sentadas en un sofá.)

ANDREA. (Con emoción.) Estoy enamoradísima. Voy a casarme con Kiko. Es tan guapo, tan atento, tan atlético, tan inteligente, tan generoso. Es todo un galán.

LILY. Pero es inconverso. La Biblia dice: “No os unáis en yugo desigual”.

ANDREA. Ya oró y aceptó a Cristo y quiere bautizarse.

LILY. Pero nunca lo veo los domingos por la mañana.

ANDREA. Es porque es el único tiempo que tiene su equipo de fútbol para entrenar. El equipo tiene muy buena oportunidad para ganar el campeonato de su liga. Sería una lástima perder la oportunidad.

LILY. ¿Y la reunión de Oración?

ANDREA. Pues, es su noche de estudio, la única noche que no nos vemos. Además, tú eres muy clavada. Hay muchos Cristianos buenos que nunca van a la oración. Si vas exigir todo eso a un novio, vas a perderlo.

LILY. Pero ni es fiel en la reunión de jóvenes. Y cuando viene, no participa y siempre parece muy aburrido con las pláticas.

ANDREA. La Biblia dice que no debes juzgar. Además, Kiko es serio y no se emociona mucho.

(Entra Kiko gritando con emoción.)

KIKO. ¡Andrea, Andrea! ¡Mira lo que escribieron acerca de mí y nuestro equipo en el periódico! ¡Mira! “Kiko Martínez es el mejor portero que hemos visto en esta liga universitaria en la década”. (Kiko da un grito de emoción.) ¡Oh, perdóname, Lily, por no saludarte! Es que esto es lo máximo en mi vida.

LILY. Felicidades, Kiko. Es un gran honor. Pero si esto es lo máximo para ti, ¿no tienes otras metas en la vida?

KIKO. Sí, casarme con Andrea y ganar mucho dinero.

LILY. Y ¿tienes metas espirituales?

KIKO. Cuando sea viejito y no pueda jugar fútbol, tal vez iré al culto más seguido. Y por supuesto quiero ser una buena persona para ganar el cielo.

LILY. ¿Pero qué dice la Biblia al respecto?

KIKO. Es un libro que nunca he leído. Necesito dedicarme completamente a mis estudios. Tengo la oportunidad de graduarme con las mejores calificaciones de mi generación. Bueno, gusto en saludarte, tengo que irme. Necesito organizar al equipo para un último entrenamiento. (A Andrea.) Adiós, mi amor.

LILY. Andrea, ten cuidado. Kiko no parece nada un hombre nacido de nuevo.

ANDREA. El aceptó a Cristo en la campaña evangelística y tú no debes juzgarlo.

NARRADOR. ¿Qué es realmente ser nacido de nuevo? Jesucristo mismo dijo: “Por sus frutos los conoceréis”. Es posible que Andrea cometa un error fatal por no analizar qué es nacer de nuevo. Tú también debes pensar seriamente en esto.

Siga con una plática en el tema: “¿Qué es nacer de nuevo?”.

Descubriendo al verdadero cristiano

8 Minutos y 7 Personajes. Para responder a la pregunta de quién es un verdadero cristiano, varios personajes expresan sus opiniones ante el público. Al final se pedirá que se haga una votación para ver quién creen que es un cristiano.


DESCUBRIENDO AL VERDADERO CRISTIANO

Tema: ¿Quién es un cristiano verdadero?

PERSONAJES

MAESTRO DE CEREMONIAS
DAVID
AARON
ADRINA
BETO
SARA
LUCY


ESCENA

(Maestro de Ceremonias con sus panelistas para su programa “¿Quién es el verdadero cristiano?” Todos tienen números del 1 al 6.

MAESTRO DE CEREMONIAS. Quisiera dar la bienvenida al público. Después que los panelistas contesten algunas preguntas, ustedes van a votar por la persona que piensan que realmente es un “Cristiano Verdadero”. Quisiera introducir al panelista No. 1, David López, campeón de fútbol, (vestido como futbolista, cargando su balón); el panelista No. 2, Aarón Martínez, que ganó una beca en la mejor universidad del país, (con lentes y bastantes libros gruesos); la panelista No. 3 Adriana Reyes, Presidenta de Tolerancia, S. A. (cargando un cuaderno titulado: “Todos tiene la razón”) El panelista No. 4, Beto Rodríguez, campeón mundial de ajedrez (con su juego de ajedrez); panelista No. 5, Sara Velásquez, princesa del pueblo de Playa Blanca, (con lentes oscuros y sombrero de mar); panelista No. 6, Lucy Cárdenas, coordinadora de Comida para los Pobres, (con dos bolsas con letreros “Dénos lo que pueda””)

(Aplausos.)

MAESTRO DE CEREMONIAS. Quiero preguntarles algunas cosas: Primeramente, ¿Cuál es su definición de “Cristiano Verdadero?”

DAVID. (Botando la pelota.) Es hacer lo mejor posible desarrollando todos sus talentos y habilidades para salir adelante. Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos.

AARÓN. Es la persona que aprende todo lo que pueda para contribuir más a la sociedad. ¿Qué puede ser más cristiano que esto?

ADRIANA. El mundo necesita amor. Es el centro del cristianismo. Amo a todas las criaturas de Dios, aún a las ¡cucarachas! Necesitamos aceptarnos tal como somos.

BETO. Cristo murió por nuestros pecados y resucitó porque no podemos salvarnos a nosotros mismos. Por poner nuestra fe en Jesucristo podemos invitarle a tomar control de nuestras vidas y vivir en nosotros. Un cristiano necesita ser nacido de nuevo en una forma sobrenatural.

SARA. Hay que repetir una oración para aceptar a Cristo. Yo lo hice cuando tenía cinco años.

LUCY. “La fe sin obras es muerta”. Hay que hacer muchas cosas para ayudar a tu prójimo. Yo, por ejemplo, estoy recogiendo comida para dar a los pobres. Si hago mucho más bueno que malo, Dios me aceptará.

MAESTRO DE CEREMONIAS. Quisiera hacer otra pregunta. ¿Cuál es la meta principal de su vida?

DAVID. Quiero realizar todo mi potencial. Nosotros como humanos usamos solamente una fracción de nuestras habilidades. Con disciplina y trabajo diligente, no hay fin de lo que uno pueda hacer. Quisiera ser Presidente del país.

AARÓN. Quiero saber todo. Si todos estudiamos bastante, encontraremos la razón de la guerra y la pobreza para eliminarlos.

ADRIANA. Mi meta es ser amable con todos. El problema del mundo es que algunos piensan que tienen la verdad y no confían en los demás. Pero no importa lo que hacen o dicen, todos somos buenos. Solamente necesitan a alguien que los ame.

BETO. Quiero vivir para Jesucristo y seguir la Biblia. Porque creo que la Biblia tiene la razón; creo que algunas personas están equivocadas y no voy a seguirlas. Siempre comparo mis propias metas con la voluntad de Dios para mi vida. Él sabe perfectamente bien qué debo hacer y ser.

SARA. Quiero una buena vida. Quiero experimentar todas las cosas divertidas que pueda hacer antes de que regrese Jesucristo.

LUCLY. Mi meta es ayudar a todo el mundo, hacer más buenas obras que cualquier otra persona.

MAESTRO DE CEREMONIAS. ¿Hay alguien que piensa que sus ideas pueden hacer un mundo mejor?

DAVID. Si todos realizaran su potencial al máximo, el mundo sería maravilloso.

AARÓN. Estadísticas comprueban que nueve de cada diez gentes prefieren ser felices en vez de desarrollar todo su potencial. Esto es porque son ignorantes. Si todos estudiaran, el mundo sería mejor.

ADRIANA. No use la palabra “ignorantes” en mi presencia. Todos somos inteligentes. Aceptar a todos tal como son mejorará al mundo.

LUCY. Somos tan inteligentes que todos van a darme dinero para comprar comida para los pobres.

ADRIANA. ¡Eres una sinvergüenza! ¿Cómo puedes aprovecharte de nosotros así? ¿Cómo sabemos que no vas a gastarte el dinero en cosas personales?

AARÓN. Todos somos buenos, ¿recuerdas? ¿Dónde está el respeto para todos? Todos tienen la razón, debes vivir tu filosofía.

MAESTRO DE CEREMONIAS. Regresando al tema: ¿Cuál sería tu descripción de Dios?

DAVID. Dios es un Ser que ha llegado a su máximo potencial.

AARÓN. Dios es cualquier cosa o persona que tú desees que sea.

ADRIANA. Dios es una combinación de lo grande y lo bueno de la religión.

BETO. La Biblia nos dice cómo es Dios. Jesucristo vino para mostrarnos cómo es Dios. Cada persona puede conocer a Dios personalmente por la fe en Jesucristo.

SARA. Dios es un buen cuate. Mandó a Jesús para morir por nuestros pecados, para que no nos preocupemos si pecamos.

LUCY. Dios hace cosas buenas como mandar la lluvia y el sol. El ayuda a la gente.

MAESTRO DE CEREMONIAS. Para finalizar, por favor díganme ¿Cómo esperan ir al cielo?

DAVID. Dios va a querer en el cielo a todos los que han desarrollado todo su potencial.

AARÓN. Si hay un cielo, debe ser para personas inteligentes que han usado su conocimiento para otros.

ADRIANA. Todos van al cielo, no sería justo por parte de Dios excluir a nadie.

BETO. El cielo no sería el cielo si Dios permite el pecado. Pero todos hemos pecado y por esto murió Cristo. La Biblia dice en 2a. de Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. Voy al cielo no porque soy bueno, sino porque he aceptado el perdón de Cristo y su justicia.

SARA. Oré una vez para aceptar a Jesús. Entonces iré al cielo no importa lo que haga.

LUCY. He hecho más obras buenas que malas, muchas más. Por eso estoy segura de ir al cielo.

MAESTRO DE CEREMONIAS. Gracias por contestar las preguntas. Ahora nuestro público votará por el cristiano verdadero. Hay que votar por el número 1, 2, 3, 4, 5 ó 6. (Hay que distribuir boletos y después recogerlos todos.) Y ahora, el “Cristiano Verdadero” se pondrá de pie.

NOTA. El número cuatro se pondrá de pie, así que siga con una plática explicando porqué el número 4 era el cristiano verdadero y de una oportunidad para los que quieran aceptar a Cristo.

Cadenas

12 Minutos y 5 Personajes. Obra de mímica en la que unos demonios atacan a un cristiano y lo encadenan. El cristiano clama ayuda a Jesús para que lo libere. Jesús entra en escena y combate con los demonios por él.


CADENAS




PERSONAJES

JESÚS (vestido de jeans o mezclilla y camiseta blanca de mangas largas)
CRISTIANO (vestido de jeans)
DEMONIO 1 (vestido de negro simulando un Ninja)
DEMONIO 2 (vestido de negro simulando un Ninja)
ENEMIGO (vestido de negro pero con media máscara o maquillaje pesado)


ATREZO

Cadenas o esposas
Biblia


MÚSICA

Música de acompañamiento en vivo o grabada, de música cristiana en rock, o hasta en un piano con efectos.
Nota: Cada golpe mencionado en el argumento debe estar acompañado de efectos especiales y musicales


ARGUMENTO

ESCENA 1

Entra el cristiano caminando con su Biblia en mano. De momento se apagan las luces, o se realiza ese efecto, y se escuchan risas burlonas. Se encienden algunas luces (o se ponen tenues) y aparecen en el escenario el enemigo con dos demonios a sus lados, con los brazos cruzados sobre su pecho mirando con odio y a la vez en burla. Los dos demonios también se ríen. Luego él manda atacar; los demonios rodean al cristiano y empiezan a girar a su derredor hasta que uno lo ataca; el cristiano se defiende sin soltar la Biblia.
Los demonios juegan sucio y lo golpean por la espalda. El cristiano por un momento parece perder pero luego se suelta (estaba con los brazos amarrados) y acaba con ellos. El enemigo se enoja y toma a los demonios por la ropa y hace señas como diciendo: "¡inútiles, no sirven para nada, yo les mostraré!". El cristiano toma posición de combate y pelean. Al principio va ganando hasta que entran los demonios y uno de ellos le quita la Biblia (con un golpe en la rodilla, lo hace caer). El enemigo entonces golpea con destreza al cristiano que cae mientras los demonios sujetan otra vez sus brazos. Casi abatido, uno de los demonios lo esposa (o encadena) y lo lanzan al suelo. Los demonios celebran burlándose, el enemigo vitorea, y envanecido alardea.


ESCENA 2

Se apagan todas las luces. El cristiano tirado y esposado se pone de rodillas y grita: "¡Nooooooooo!", mirando sus manos esposadas (o viendo las cadenas) llora y grita: "¡Jesús ayúdame!". Se escucha un sonido de pasos, entra Jesús al escenario. Se encienden las luces. Mira al cristiano con dulzura, lo toma con cariño, lo acaricia con ternura y lo ubica en un extremo del escenario.
Al encender las luces, los demonios se arrastran y se esconden de Jesús. El enemigo se asusta, y a la vez se enoja, pues esa es su víctima y le pertenece. Música otra vez de combate.
El enemigo ataca con agresividad pero Jesús bloquea con facilidad, hasta que Jesús toma la ofensiva con golpes y patadas (reales sin contacto, fuerte aparentemente) y lo vence.


ESCENA 3

Luego, con el enemigo en el piso, Jesús toma la llave que cuelga del cuello del enemigo (la llave de las esposas) y libera al cristiano, y le devuelve la Biblia. Éste viene entonces contra los demonios y pone su pie sobre ellos, en señal de dominio mientras Jesús está a su espalda con su mano sobre su hombro.

La vida del rey Salomón

15 Minutos y 7 Personajes. Repaso de aspectos importantes de la vida del rey Salomón. Esta obra forma parte de un programa más amplio. Clique AQUÍ para descargárselo.


LA VIDA DEL REY SALOMÓN

PERSONAJES

SALOMÓN
NARRADOR
DIOS
MUJER 1
MUJER 2
ROBOAM
REINA DE SABÁ



ESCENA I. NARRACIÓN INTRODUCTORIA I

NARRADOR. (Música de realeza, trompetas u otros instrumentos. El narrador con voz fuerte anuncia:) Damas y caballeros, señoras y señores, con ustedes el excelentísimo Rey Salomón.

SALOMÓN. (Entra el Rey con gran gala, una alfombra roja. Habrá una silla real.) Mis leales súbditos. Se preguntarán qué hago aquí. Pues bien, déjenme contarles: Luego de meditar sobre lo que ha sido mi vida, llegué a una conclusión; pero antes de darles mi conclusión, quiero contarles algo con respecto a mi vida, y cómo he llegado a esta conclusión… Soy hijo del Rey David (con orgullo) y Betsabé, mi madre. Fui afortunado y desafortunado en cuanto al ambiente que me rodeaba en mi hogar. Fui afortunado al tener un padre como David, un gran genio, quien en general fue espiritualmente fiel. Fui desafortunado en cuando a que hubo elementos en el ejemplo de mi padre, que inevitablemente tuvo un efecto perjudicial en mi vida de joven. Fui criado en un hogar donde se practicaba la poligamia y había muchos celos y luchas. (Empieza a cerrarse el telón)


II. NARRACIÓN INTRODUCTORIA II

NARRADOR. (Mientras el telón se está cerrando el narrador da otros datos.) Al tener muchos hijos, David prometió que Salomón sería su sucesor y que sería ungido como rey antes de la muerte de su padre. Salomón hizo parentesco con faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor. Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los lugares altos; porque no había casa edificada al nombre de Jehová hasta aquellos tiempos. Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David. Solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. Iba el rey a Gabaón, porque aquel era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos, sobre aquel altar. Una noche El Señor se la apareció a Salomón en sueños y le dijo:

(Comienza a abrirse el telón y aparece Salomón de rodillas.)



III. SALOMÓN Y EL SUEÑO CON DIOS

DIOS. Salomón, pide lo que quieras que yo te dé.

SALOMÓN. (Mirando al cielo y extendiendo las manos humildemente.) Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. (Se levanta lentamente con humildad se pone en dirección al lado izquierdo que simula la presencia de Dios.) Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí, tu siervo, por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar por su multitud. Da, pues, a tu siervo, corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo porque, ¿quién podrá gobernar este pueblo tan grande?

DIOS. Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos años, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no pediste: riquezas y gloria de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días (se empieza a bajar el piso y se acuesta, simulando que duerme) y si andares en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.

(Salomón se despierta turbado, extrañado. Comienza a cerrarse el telón, mientras tanto el narrador dirá, ya no como Dios, sino parte de la historia:)

NARRADOR. Cuando Salomón despertó, vio que era un sueño, y vino a Jerusalén y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrifico holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo también banquete a todos sus siervos.



IV. SABIDURÍA Y PROSPERIDAD DE SALOMÓN

(Aparecen 2 mujeres en escena ante el rey en su trono. Llegan las mujeres se arrodillan ante el rey, luego se ponen en pie y exponen su problema:)
MUJER 1. ¡Señor mío! Esta mujer (señala) y yo morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. Aconteció al tercer día después de dar a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas, nadie más estaba en casa, sino nosotras dos en la casa. Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él y lo peor, señor mío, (llorando o sollozando, suspira) se levantó a media noche y tomó a mi hijo, estando yo dormida y lo puso a su lado y puso a mi lado a su hijo muerto. Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi, señor, (para un segundo, toma aire, solloza) ¡Vi! Que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.

MUJER 2. (La interrumpe.) ¡No! Mi hijo es el que vive y tu hijo es el muerto (señala a la mujer amenazante.)

MUJER 1. ¡No! Tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive.

SALOMÓN. Un momento, una dice: “mi hijo es el que vive” y la otra que es su hijo el que vive; ahora pues, (voz fuerte) traedme una espada (extiende la mano; alguien le lleva la espada, o lo hace de forma imaginaria.) ¡Partid a la mitad al niño vivo y dad la mitad a una y la otra a la otra!

MUJER 1. ¡No! (Corre al rey que ha levantado la espada.) ¡Señor mío! Dad a ésta (señala a la otra mujer) el niño vivo y no lo matéis.

MUJER 2. (Con enojo y desprecio.) ¡No! Ni a mí, ni a ti; partidlo (voz fuerte).

SALOMÓN. ¡Un momento! Dad a ésta (señala a Mujer 1) el hijo vivo, y no lo matéis; Ella es la madre.

(El telón cierra inmediatamente, una luz central se prende encima de los 3 personajes. Pueden usar un muñeco de “hijo” o puede ser imaginario”).



V. SU POLÍTICA Y SUS EMPRESAS

(El telón se abre a medias de tal forma que solo se vea Roboam, sin quitarle espacio.)

ROBOAM. Hola soy Roboam hijo de Salomón. Una de las cosas más importantes del reinado de mi padre fue su política y sus empresas. Él llevó a cabo los planes de su padre, David. Salomón mi padre consolidó el reino y se comprometió en muchas empresas comerciales, mientras que crecían sus riquezas y su fama. Su más grande empresa fue la construcción del magnífico templo de Jerusalén, la cual tomó siete años. En su terminación, Salomón ofreció una oración de dedicación.

(Roboam baja la cabeza, el telón se abre completamente y en una esquina estará Salomón con manos al cielo de rodillas y dirá:)

SALOMÓN. Jehová, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti (Roboam, sale de escena, lentamente de tal forma que no se note) en el cielo, ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia con tus siervos que caminan delante de ti, de todo corazón... Cumple a tu siervo David, mi padre, lo que has prometido, diciendo: “No faltará de ti varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino, andando en mi ley, como tú has andado delante de mí. He aquí, Señor, que los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener: ¿cuánto menos esta casa que he edificado? Ahora, pues, oh Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar. Oh Jehová Dios, levántate ahora para habitar en tu reposo, tú y el arca de tu poder; ¡oh, Jehová, Dios! Sean vestidos de salvación tus sacerdotes, y tus santos se regocijen en tu bondad. Jehová Dios, no rechaces a tu ungido; acuérdate de tus misericordias para con David tu siervo.

(Salomón se queda estático y el narrador dice:)

NARRADOR. Cuando Salomón acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas y la gloria de Jehová llenó la casa

(Luces fuertes, simulando fuego del cielo; se cierra el telón.)

NARRADOR. Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Cuando vieron todos los hijos de Israel descendió el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa. Se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová diciendo:

(Aquí el telón está cerrado totalmente y los personajes tras telón dicen:

PERSONAS. ¡Porque él es bueno y su misericordia es para siempre!



VI. SUS ÚLTIMOS AÑOS

REINA DE SABA. (Entra ante el trono del rey.) Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aún se me dijo la mitad acerca de ti. Bienaventurados tus hombres, dichosos éstos tus siervos que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría. Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que actúes rectamente y en justicia. Yo, la Reina de Sabá, te he traído un presente de 120 talentos de oro, especies, piedras preciosas. Rey Salomón, por favor, recíbelo, mi señor. (Hace reverencia.)

SALOMÓN. (Se levanta.) También yo daré a ti, reina de Saba, todo lo que me pidas ¡Todo cuanto pidas!

(Estáticos. Sería bueno que en los cambios de hombres y mujeres estáticas, su entrada y salida, haya cambios también de música. Cerrar medio telón del lado de los reyes y entra en el otro medio lado descubierto Roboam.)

ROBOAM. (Entra.) Pero el Rey Salomón, mi padre, amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras: de Moab, Amón, Edom, Sidón y Heteas, gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: “No os llegaréis a ellas, porque ciertamente harán inclinar vuestro corazón tras sus dioses”. A éstas se juntó mi padre. Y tuvo 700 mujeres reinas y 3000 concubinas; y sus mujeres y los placeres desviaron su corazón, y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón (pausa, con dolor) no era perfecto con Jehová, su Dios, como el corazón de su padre David. (Telón.)


VII. SU ARREPENTIMIENTO

SALOMÓN. (Con el rostro a tierra sale, levanta el rostro lentamente y dice:) ¡Esta es la conclusión del predicador (fuerte). (Reflexivo) ¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece. Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. Dije yo en mi corazón: “¡Ven ahora, te probaré con alegría, gozarás de bienes!” Mas he aquí esto también era vanidad. Dije además en mi corazón: “Como sucederá al necio, me sucederá también a mí”. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón que también esto era vanidad. Así mismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. Y, ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. Alégrate mucho y tome placer tu corazón en tu vida; y anda en los caminos de tu corazón y la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre estas cosas te juzgará Dios. El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos: porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.

Hechos 29

20 Minutos y 4 Personajes. Noticiero juvenil en el que se explican las buenas razones para pertenecer a un grupo juvenil cristiano, en el que se expresa el éxito de vida para un joven de esta generación. El programa está salpicado de otras representaciones/actuaciones de las cuales no disponemos.


HECHOS 29


PERSONAJES

LOCUTOR
CONDUCTOR
CONDUCTORA
REPORTERO


(Cortinilla de entrada, música y luz.)

LOCUTOR. Bienvenidos a su noticiero “Hechos 29”, un programa de análisis y reflexión de aquellos hechos que continúan impactando la vida de las personas, dándonos un panorama detallado y real de los acontecimientos que nos interesan. Bajo la conducción de nuestros compañeros…

CONDUCTOR. Buenas tardes, amigos, es una bendición estar hoy con ustedes, les damos la más cordial bienvenida.

CONDUCTORA. Estamos transmitiendo en vivo y en directo desde las instalaciones donde se reúne el grupo de jóvenes.

CONDUCTOR. Efectivamente, por lo que hemos preparado algo especial y de interés para los que nos reunimos en este lugar. El tema es:

JUNTOS. “Hechos y verdades del grupo de jóvenes”.

CONDUCTORA. Hemos analizado este tema con el único objetivo de dar a conocer el verdadero significado y propósito de este grupo.

CONDUCTOR. Y claro, veremos cuál es la visión y la misión del mismo, cuál es su influencia; no solo en la congregación, sino que también impacta positivamente aún el entorno de los jóvenes, sus familias, su escuela y sus áreas de trabajo.

CONDUCTORA. Presentaremos un análisis de lo que es el joven sin Dios, su situación y realidad actual.

(Música, se apagan las luces y aparece la cortinilla.)

LOCUTOR. Hechos 29, un programa de análisis sobre verdades y acontecimientos, presenta esta tarde: “Jóvenes, verdades que impactan”.

CONDUCTORA. Muchas veces podemos tener conceptos erróneos de las cosas, y éstos pueden ser provocados por comentarios o puntos de vista muy particulares que se repiten, pero carecen de fundamentos y mucho menos de conocimientos. Por eso es importante hacer lo que dice la Palabra: “EXAMINARLO TODO; RETENER LO BUENO”.

CONDUCTOR. El grupo de jóvenes no es la excepción, hay quienes tienen ideas equivocadas acerca del mismo, de su visión y de lo que se hace en él; y aún de sus integrantes. Derivado de esto, hemos podido identificar algunos conceptos incorrectos del grupo.

CONDUCTORA. Así es, por lo que nuestro equipo ha preparado una caracterización de lo que NO es el grupo de jóvenes. ¡Adelante!

REPRESENTACIÓN DE VARIOS SKETCHES DONDE SE VE QUE: NO ES UN CLUB SOCIAL, NO ES UN GRUPO ABURRIDO, NO ES UNA TÓMBOLA (UN LUGAR PARA CONSEGUIR PAREJA), ETC.

CONDUCTOR. Algunas veces estos conceptos erróneos son provocados por comentarios de personas que no conocen realmente el grupo, o que hablan conforme a una experiencia personal, pero que de ninguna manera es la realidad del grupo.

CONDUCTORA. En otras ocasiones estos comentarios son el resultado del mal testimonio de algunas personas con actitudes negativas, o por conversaciones que quizá tengan en lo privado con amigos o aún con personas que ni siquiera son del grupo.

CONDUCTOR. Amigo, reflexiona y piensa cuál es el testimonio que has dado, cómo te has comportado y cómo hablas. Recuerda, lo más importante es que cuides tu testimonio no por el grupo, sino para que el Nombre del Señor no sea vituperado.

CONDUCTORA. Vamos a un corte comercial y regresamos.

COMERCIAL: “SOY TOTALMENTE CRISTIANA”

CONDUCTOR. Bien, ya hemos aclarado que el grupo de jóvenes no es un club social, ni una tómbola y mucho menos un lugar aburrido, sino por el contrario, es un grupo dinámico en donde el Señor está avivando cada día más para llevar a cabo el propósito que tiene para cada uno de nosotros.

CONDUCTORA. Estoy de acuerdo contigo, y con esta premisa vamos a entrar al análisis de un tema importante: las características más representativas del sector que abarca el grupo de jóvenes. Recordemos que el grupo se conforma por jóvenes solteros.

CONDUCTOR. Es importante señalar que en breve, este sector de la sociedad será el sostén económico del país. Los grandes ejecutivos y directores de empresas, líderes en sus ramos, son jóvenes entre los 30 y 38 años promedio. Esta realidad es un cambio radical en las estructuras económicas y sociales del país, ya que antes estos puestos eran ocupados por personas que oscilaban entre los 45 y los 55 años.

CONDUCTORA. Pero lamentablemente vemos también que es un grupo social sin Cristo, que está envuelto en presiones y depresiones que en muchas ocasiones los lleva a tener una o varias adicciones, es un grupo vulnerable al alcohol, al cigarro o a otro tipo de drogas a las que ellos tienen acceso.

CONDUCTOR. Y esto sin mencionar el alto índice de relaciones sexuales ilícitas que se llevan a cabo, acarreando a sus vidas pecado y perdición, además de embarazos no deseados y sueños truncados por consecuencia de todo esto.

CONDUCTORA. De este tema nos habla nuestro compañero: (reportero), quien realizó un reportaje especial.

MIENTRAS HABLA EL REPORTERO, SE OBSERVAN IMÁGENES DE LOS JÓVENES EN ANTROS, BAILANDO, ALCOHOLIZADOS, DROGADOS, ETC.

REPORTERO. Los jóvenes solteros, un grupo lleno de fuerza en todos los sentidos, pero sin Cristo, nada de esto tiene valor real, ya que todas estas virtudes son desperdiciadas. Jóvenes que son movidos por intereses egoístas y llenos de vanidad ya que gracias a su familia poseen una buena situación económica y gozan de una gran libertad que llega al libertinaje, donde hacen lo que quieren y cuando quieren sintiéndose dueños del mundo. Por otro lado, vemos a jóvenes buscando una oportunidad de empleo, desorientados e irresponsables. Pero tanto los unos como los otros, desperdiciando talentos y habilidades dadas por Dios. Sin importar su nivel económico, ni cultural, los podemos ver vaciando sus vidas en bares y lugares donde se fomenta el vicio y la promiscuidad, y esto los lleva a una vida llena de depresiones y problemas. La causa primordial de muerte de este sector, son los accidentes automovilísticos, provocados por el alcohol o por manejar a gran velocidad, además de actos de violencia, relacionados con drogas y homosexualidad, sin mencionar aquellas muertes provocadas por enfermedades de transmisión sexual. Pero ante este panorama triste y desolador, ante el cual pareciera que no hay solución real, sólo en Cristo la podemos encontrar. Sólo Cristo puede transformar esas vidas, dándoles sanidad, libertad y vida en abundancia, pero sobre todo esa vida eterna en Cristo. Cada uno de esos jóvenes necesita conocer de Cristo, y tú puedes ser el medio que Dios utilice para que le conozcan, da testimonio de esos cambios que Dios ha hecho en tu vida y del amor de Cristo, porque de cada uno de nosotros también Dios tuvo misericordia.

CONDUCTORA. Este reportaje nos invita a tomar el reto de ser obedientes y compartir de Dios a otros jóvenes que no lo conocen.

CONDUCTOR. A continuación veremos un video clip, el cual nos invita a reflexionar. ¡Adelante!


Vídeo Clip: “Alguien” (de Alejandro Alonso).

(Aquí se puede tocar y cantar en vivo, mientras un joven aparece y refleja la soledad y el vacío en el que vive a pesar de estar rodeado de tantas cosas en el mundo. Se le puede ver en un bar tomando, bailando, fumando y al llegar a su casa ver ese vacío que tiene.)

CONDUCTORA. Bien, ahora entraremos al punto más importante de esta presentación: las realidades del grupo de jóvenes.

CONDUCTOR. Este grupo se crea respondiendo a la necesidad específica y particular de esta época en la vida de los jóvenes, es cuando existe la imperiosa necesidad de crecimiento en todos los aspectos. Crecimiento profesional, económico, madurez de comportamiento y por supuesto crecimiento espiritual. Caracterizado por responsabilidades cada vez mayores y en las cuales las decisiones tienen un impacto trascendental en nuestras vidas. Los intereses y actividades cambian radicalmente, pasando de la escuela a formar parte medular del sector de la población económicamente activa, en donde se empiezan a consolidar esos planes profesionales y nacen nuevos sueños, llenos de realidades y expectativas pero de cumplimientos concretos.

CONDUCTORA. Es un grupo dirigido por Dios y con propósitos claros de bendición para tu vida. Un grupo en el cual encontrarás crecimiento, amistades sinceras acordes a tu edad e inquietudes, con tus mismas circunstancias y preocupaciones, en donde podrás desarrollar esos dones y habilidades dadas por Dios. Tú eres parte de este grupo y Dios te usará para alcanzar a todos esos jóvenes que aún no conocen de Cristo. Tú puedes ser ese instrumento utilizado por Dios para llevar esas buenas nuevas a tu familia, a tus amigos, a tus compañeros de escuela y de trabajo, y a todos aquellos que necesitan esas palabras de vida que sólo Dios tiene para cada uno de nosotros.

JUNTOS. Grupo de jóvenes: verdades que impactan. ¡TÚ ERES UNA VERDAD VIVIENTE, QUE DIOS UTILIZARÁ PARA IMPACTAR ESTA GENERACIÓN!

(Se apaga la luz, cortinilla de salida, música.)

LOCUTOR. Este fue su noticiero “Hechos 29”, nos despedimos de ustedes agradeciendo su amable atención y esperando contar con su presencia en nuestra próxima emisión ¡Qué Dios los bendiga!

Camino al País de la Vida

50 Minutos y 16 Personajes + Extras. Obra alegórica en la que un peregrino avisado por la carta del Rey del País de la Vida es avisado de la destrucción que se avecina al país en el que vive: el País de Destrucción. Emprenderá el camino hacia el País de la Vida y en él se encontrará con varios personajes que le alentarán a que avandone. Al final, después de muchas vicisitudes, podrá llegar a su feliz destino.


CAMINO AL PAÍS DE LA VIDA

PERSONAJES

PEREGRINO
CRISTIANO
MUNDANO
VOLUBLE
ESPERANZA
CARIDAD
FE
ENEMIGO
FIEL
VANIDAD
CODICIA
SOBERBIA
JUEZ
LUJURIA
LOCUAZ
VIOLENCIA
Extras



PEREGRINO. ¿Qué voy a hacer? Acusado, condenado a muerte, agobiado por esta carga que me abruma. Y mi ciudad va a ser destruida y nadie me hace caso. Me tratan de loco, se ríen de mí, mis padres y hermanos se me burlan y me desprecian. Nadie quiere creer que es verdad cuanto dice, y bien claro, esta carta del rey... No me queda más remedio que marcharme, huir de mi desventura, a desahogar en la soledad la pena de mi corazón… (Solloza, sentado, con la cabeza entre las manos.)

CRISTIANO. ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras?

PEREGRINO. Esta Carta me dice que voy a ser juzgado, que estoy condenado a muerte, y que mi ciudad, por orden del rey, va a ser destruida de un momento a otro con todo lo que contiene. Y yo, ni estoy dispuesto para el juicio, ni quiero morir, ni quisiera abandonar mi ciudad, donde está todo lo que tengo en esta vida. Pero nadie ha querido creerme, ni siquiera los míos me han escuchado.

CRISTIANO. Has hecho tu deber al advertir a los tuyos de tan grave peligro. Lo que dice la carta es verdad. Soy un emisario del Rey y te lo puedo garantizar. ¿Por qué no te pones a salvo y evitas todos esos males?

PEREGRINO. ¿Adónde voy a ir? Temo que esta carga que llevo sobre mí, y que no ha cesado de crecer desde mi infancia, me arrastre a una vida peor que la muerte. Y si no estoy dispuesto para ir al juicio, lo estoy menos para la cárcel, y muchísimo menos para el tormento. ¿No quieres pues que me desespere?

CRISTIANO. Mira, lee bien. Tu carta dice cómo librarte de todo eso. Al dorso hay un plano que te indica cómo llegar antes del juicio a la ciudad del rey. Si llegas antes de expirar el plazo, eres libre.

PEREGRINO. ¡Dios lo quiera! Eso ya lo entiendo pero, ¿dónde ir y por dónde llegar a tiempo?

CRISTIANO. ¿Ves allá a lo lejos una casa aislada con una puerta muy estrecha?

PEREGRINO. No, no veo nada.

CRISTIANO. ¿No ves allá lejos el resplandor de una pequeña luz?

PEREGRINO. ¡Ah, sí!

CRISTIANO. No la pierdas de vista. Ve derecho hacia ella y hallarás una puerta estrella. Llama y allí te dirán lo que has de hacer.

(Llegan deprisa Mundano y Voluble.)

MUNDANO. ¡Eh, peregrino, espera!

PEREGRINO. ¿A qué habéis venido?

VOLUBLE. A que te vuelvas con nosotros.

PEREGRINO. Imposible, Voluble. Estoy condenado a muerte y sólo puedo ser liberado si llego a tiempo a la ciudad de la vida. Quedarme sería una locura. Además, la ciudad en donde vivís y donde yo he vivido hasta ahora va a ser arrasada. Me consta por esta carta del rey que os he leído hasta la saciedad. Lo que debéis hacer es venir también conmigo.

MUNDADO. ¡Insensato! ¿Tú crees que nosotros vamos a dejar por una alarma como esa nuestras casas, nuestros bienes y nuestros amigos?

PEREGRINO. Todo lo que tengáis que abandonar no es nada, comparado con lo que el Rey nos promete.

VOLUBLE. ¡Lo que el Rey te promete…! A saber si será verdad. ¿Y tú eres capaz de dejarlo todo por ir a buscarlo?

PEREGRINO. ¡Oh, voluble! ¿Qué no sería yo capaz de dejar a cambio de mi libertad? Amo la vida. Y quiero disfrutarla en un país que no será jamás contaminado ni destruido. Eso dice la carta. Leedla y os convenceréis…

MUNDANO. Necedades. Déjate de cartas y de tonterías. ¿Quieres o no volverte con nosotros de una vez?

PEREGRINO. Nunca, Mundano. Mi decisión está tomada.

MUNDANO. Vámonos pues, Voluble, y dejémoslo estar. Hay una clase de locos como éste que cuando se les mete una manía en la cabeza no hay manera de hacerlos razonar. El Rey del que tú hablas, jamás vino a la ciudad en vida nuestra. Y en cuanto a sus amenazas y a tu condena… olvídate de ellas, jamás las cumplirá.

VOLUBLE. No te precipites, espera. ¿Quién sabe si será verdad lo que mi amigo Peregrino dice? Si lo fuera, vale mucho más lo que él busca que lo que nosotros poseemos, creo que me conviene seguirle. ¿Te imaginas lo horrible que ha de ser, perecer abrasados, por sorpresa, en medio de la ciudad?

MUNDANO. ¿Cómo? ¿Más necios aún? No seas estúpida y vuélvete conmigo. ¡A saber adónde te llevará este iluminado! Vámonos antes de que pierda la paciencia.

PEREGRINO. No hagas caso, Voluble. Acompáñame, y alcanzarás no sólo la vida de que te he hablado sino muchas cosas más. Y si no crees mi carta a pesar de estar firmada con la sangre de su autor, te diré que el hombre con quien os encontrasteis al verme, era un emisario suyo que me ha confirmado cuanto la carta decía.

VOLUBLE. Mundana, vete. Estoy decidida, voy a seguir a Peregrino y voy a escapar a esa horrible destrucción que tú, tan insensatamente desprecias. Pero (dirigiéndose a Peregrino) ¿sabes tú el camino que nos ha de llevar al lugar que buscamos?

PEREGRINO. Me ha indicado la dirección un enviado del Rey llamado Cristiano. Además, aquí tengo marcada, en la carta, la ruta a seguir. Debemos alcanzar antes de la noche aquella luz que se ve a lo lejos. Y allí, en la Casa de la Puerta Angosta, nos ayudarán a seguir nuestro camino.

VOLUBLE. Pues, adelante, marchemos.

MUNDANO. Necios, vais a vuestra ruina.

VOLUBLE. Adiós, Mundano. Algún día te arrepentirás de tu obstinación.

PEREGRINO. Adelante. (Se pone en marcha. Voluble se detiene y hace detenerse a Peregrino.)

VOLUBLE. Peregrino, ¿tú sabes lo que nos espera? ¿No será todo esto muy arriesgado?

PEREGRINO. No sé, pero tengo confianza en lo que dice la carta.

VOLUBLE. Pero, ¿cómo puedes saber que es verdad lo que dice ahí? ¿Y si de todos modos el Rey cambia de idea?

PEREGRINO. El rey no puede jugar con la vida de sus súbditos. Conoces la entereza de su carácter y es el Rey en persona quien la ha escrito…

VOLUBLE. Perdona, pero tengo miedo…

PEREGRINO. (Leyendo.) … Y si llegas a tiempo a la ciudad de la vida tendrás libertad para siempre y tu vida en ella no tendrá fin…

VOLUBLE. ¡Es maravilloso! ¿Será verdad? ¿Y cómo vamos a llegar a tiempo?

PEREGRINO. No hemos de hacer más que seguir adelante este camino.

VOLUBLE. ¡Oh, Peregrino! Pues sigamos y apresuremos la llegada. ¿Y si nunca encontramos ese país?

(Salen.)



ESCENA 2. EN EL PANTANO DE LA DUDA

PEREGRINO. (Cayéndose.) ¡Voluble, el terreno se hunde bajo mis pies!

VOLUBLE. ¡Dios mío! ¿Dónde nos hemos metido? (Cae también.)

PEREGRINO. Hemos caído en un pantano de arenas movedizas. No puedo salir del cieno. ¡Oh, si no fuera por esta pesada carga…!

VOLUBLE. ¡Quiero salir! ¿Es esta la felicidad que me prometías hace un instante? Si esto es lo que tenemos al principio del viaje, ¿qué podemos esperar para el final? Eso si no se termina aquí todo…

PEREGRINO. No comprendo cómo ha podido pasarnos esto…

VOLUBLE. Yo sí. Comprendo que Mundano tenía razón y que he sido una necia siguiéndote. Si salgo de aquí, puedes estar bien seguro de que gozarás tú sólo de las delicias de ese país tan magnífico con el que me has engañado.

PEREGRINO. ¡Oh, Señor, sácanos de aquí!

VOLUBLE. Por fin. Menos mal que me quedé cerca de la orilla. ¡Uf! Ahí te quedas, imbécil.

PEREGRINO. ¡Voluble, ayúdame, por favor!

VOLUBLE. Ya saldrás como puedas, maldito engañador, estúpido ignorante. ¡Que te saque tu Rey!

PEREGRINO. ¿Será posible que abandones aquí? No, no puedo pasar aquí toda la noche. No puedo avanzar ni retroceder. Este peso me arrastra cada vez más abajo. Es inútil seguir luchando. Nunca podré llegar así a la otra orilla. ¡Señor! ¿Debo aceptar que todo ha terminado?

ESPERANZA. ¿Quién va por ahí? (Entra con una linterna.)

PEREGRINO. ¡Ayúdame, por Dios!

ESPERANZA. ¿Cómo has venido a parar aquí?

PEREGRINO. Un hombre llamado Cristiano, enviado del Rey, me señaló esta dirección como la más corta para alcanzar la Casa de la Puerta Estrecha. Seguí sus consejos y caí aquí donde me ves.

ESPERANZA. Y, ¿cómo no viste que te metías en el Pantano de la Duda?

PEREGRINO. Venía hablando con mi amiga Voluble y sus palabras distrajeron tanto mi atención que no me di cuenta y no vi dónde ponía los pies. Y en esto cayó la noche.

ESPERANZA. Sí, ya comprendo. Si hubieses estado alerta o hubieses pasado de día, o en todo caso hubieses llevado una luz, hubieras visto las piedras colocadas para pasar. Forman un puente bastante sólido para cruzar sin peligro.

PEREGRINO. Era tal el temor que se apoderó de mí que sin reparar en nada eché por lo que me parece un atajo y caí en este lodazal.

ESPERANZA. Vamos, dame la mano. Estás al lado de las piedras.

PEREGRINO. Gracias, Dios mío. Y tú, ¿quién eres?

ESPERANZA. Mi nombre es Esperanza.

PEREGRINO. Esperanza… Ojalá te hubiera encontrado antes en mi camino… Dime, ¿por qué si éste es el único lugar de paso entre la ciudad de destrucción y la casa de la Puerta Estrecha, no manda el Rey cegar este pantano para evitar que caigan en él los pobres viajeros?

ESPERANZA. Es imposible. Es el lodazal adonde afluyen todas las heces e inmundicias de la ciudad de destrucción. A partir de aquí el terreno sube cada vez más alto, por lo que las aguas turbias se juntan y se estancan en este lugar. El Rey ha querido sanearlo, y sus obreros han estado trabajando aquí por espacio de muchos años. Han hecho todo lo que se podía para quitarlo. ¡Y con cuanto esfuerzo y peligro para sus propias vidas! Pero ni se ha podido lograr hasta hoy ni se logrará nunca. El Pantano de la Duda subsiste y subsistirá. Lo único que se podía hacer se ha hecho: se han colocado de una parte a otra estas grandes piedras, por donde se puede pasar sin dificultad. Pero a veces el lodazal se agita, una capa de fango cubre las rocas, y los viajeros, perdiendo de vista el camino a seguir no ven el paso y caen en el fango… Ahora, aquí al otro lado, ya no tienes nada que temer. El terreno es firme. Y mira, ¿ves esa luz? Es la casa de la Puerta Estrecha.

(Salen.)



ESCENA 3. EN LA CASA DE LA PUERTA ESTRECHA


PEREGRINO. Esta es la puerta pero está cerrada. ¿Me dejarán entrar en este estado? (Llama.)

CARIDAD. ¿Quién llama? (Desde dentro.)

PEREGRINO. Soy un pobre viajero que busca refugio.

CARIDAD. (Abriendo.) ¿Qué se te ofrece? ¿De dónde vienes?

PEREGRINO. Vengo de la ciudad de Destrucción, y me dirijo a la ciudad del Rey, en el país de la Vida, para escapar a mi condena. Un enviado del Rey me dijo que en esta casa me podéis ayudar a continuar mi viaje.

CARIDAD. ¿Llevas la carta del Rey?

PEREGRINO. Aquí está.

CARIDAD. Entra. Te informaron bien. Esta puerta se abre a todo el que quiere entrar y en especial a los fugitivos de la ciudad de Destrucción. Nuestra misión es la de acogerlos y ayudarles a llegar a salvo al país de la Vida. Pero… ¿Cómo es que vienes sólo?

PEREGRINO. Nadie ha querido seguirme, amable joven. Nadie cree que el peligro que amenaza mi ciudad es un peligro real.

CARIDAD. No conseguiste traer ni tan siquiera a tus padres o tus hermanos…

PEREGRINO. Ni siquiera a ellos. Sólo Voluble, una amiga de mi infancia, me acompañó unas horas pero ser volvió atrás al llegar al Pantano de la Duda.

CARIDAD. ¡Pobres desgraciados! No saben lo que hacen. Dichoso tú que has logrado escapar a una muerte tan segura.

PEREGRINO. Grande favor ha sido para mí el que, después de todo, me hayáis admitido en este lugar.

CARIDAD. A nadie ponemos jamás dificultades, cualquiera que sea su procedencia o su vida anterior. Ven ahora conmigo, Peregrino, y te indicaré dónde puedes descansar hasta la mañana. Ya sabes que muy pronto tendrás que ponerte en marcha. El camino a seguir es largo y el tiempo corto.

PEREGRINO. ¿Por dónde deberé continuar?

CARIDAD. Mira hacia delante. ¿Ves ese camino estrecho? Síguelo, sin desviarte ni a la derecha ni a la izquierda.

PEREGRINO. ¿No se cruza nunca con otros, de modo que pueda confundirme y perderlo?

CARIDAD. Sí. Hay muchas encrucijadas y muchas tortuosidades que se cruzan con él a cada instante. Pero la regla para distinguir siempre el verdadero sendero es ésta: el camino que lleva al país de la vida es recto y estrecho.

PEREGRINO. ¿Podéis aquí aliviarme de la carga que llevo sobre los hombros? Si no soy liberado de ella, me será imposible llegar hasta el final. Podrá conmigo la fatiga, y no llegaré a tiempo…

CARIDAD. Nosotros no podemos hacer nada para quitártela. Pero no te desanimes. Sólo tendrás que esperar a alcanzar aquella montaña. Allí cuando menos lo pienses te verás libre de ella, pues por sí misma caerá. Aquella cruz tiene un poder especial… Y ahora descansa un poco, y que el Señor te acompañe…

PEREGRINO. Él te bendiga.

(Salen.)



ESCENA 4. AL PIE DE LA CRUZ

(Peregrino avanza con mucha dificultad, como fatigado por un largo viaje, abrumado por su carga. Al llegar al pie de la cruz sobrecogido, cae de rodillas. Una melodía se acerca y se aleja después. Al cesar la música, Peregrino se incorpora. Levantándose la carga cae de sus hombros.)



ESCENA 5. DE NUEVO EN LA CASA DE LA PUERTA ESTRECHA

PEREGRINO. ¡Perder la carta del Rey! ¿Cómo es posible? Insensato y miserable de mí. La noche es oscura y no sé hacia dónde dirijo mis pasos. Nunca debí dejarme dominar por el sueño en un lugar desconocido, en pleno día y en medio de tantos peligros. Llevo toda la noche andando pero no sé en qué dirección. No sé dónde me encuentro. ¡Oh sueño funesto! Tú vas a ser la causa de mi perdición. Esperaré al lado de esta casa a que amanezca. Mas… Creo reconocer esta puerta… (Llama.) ¡Abrid! ¡Abridme, por favor! (Llama con insistencia.) ¡Abrid! ¡Abridme! (Golpea la puerta con desesperación.)

FE. ¿Qué ocurre? ¿Quién llama a estas horas?

PEREGRINO. Abridme, por lo que más queráis. Soy un peregrino perdido en la noche.

FE. Pasa. ¿Adónde vas a estas horas?

PEREGRINO. Voy camino de Sión. La noche me sorprendió en el camino y he perdido la ruta. No sé dónde me encuentro.

FE. Confía. Estás en un refugio para viajeros: la casa de la Puerta Estrecha.

PEREGRINO. ¡Oh! ¿Es cierto? Entonces he desandado el trayecto de todo un día… ¡Cuánto tiempo perdido!

FE. ¿Cómo pues has vuelto atrás?

PEREGRINO. Me dejé rendir por el sueño al pie de la montaña de la Cruz, y durmiendo, no sé cómo dejé caer la carta del Rey. Al despertar en el anochecer, sobresaltado por lo avanzado de la hora, no me di cuenta de que no la llevaba conmigo. Y cuando quise orientarme con ella, constaté con pesar que la había perdido. Buscando a tientas el camino he llegado hasta aquí, y aquí me tenéis, avergonzado y rendido.

FE. Da gracias al cielo de haberte encaminado hacia esta casa. Procuraremos ayudarte.

CARIDAD. ¿Quién ha venido, hermana?

FE. Un peregrino. La noche le ha cogido en el camino y está muy fatigado. Como se encuentra extraviado pregunta si se le podrá dar hospedaje aquí.

CARIDAD. Siempre podemos arreglarnos para darle un lugar. Un momento… (Mirando fijamente a Peregrino.) Creo reconocerte. ¿No estuviste aquí ya, hace unos días?

PEREGRINO. Así es, en verdad. Pero me ha ocurrido una gran desgracia. Un descuido imperdonable, más bien. Perdía la carta del Rey, y no sé cómo seguir. Y ya sabes que mis horas están contadas. ¡Tengo que llegar cuanto antes!

CARIDAD. Grande ha sido tu negligencia, en efecto. Pero no temas. No todo está perdido. Para orientar a los viajeros ha sido edificada esta casa. Te hospedaremos lo mejor que podamos, y en cuanto amanezca, te mostraremos el camino a seguir. Ayer pasó por aquí un joven que decía conocerte. Le pregunté su nombre y me dijo que se llamaba Fiel.

PEREGRINO. ¡Oh, le conozco! Viene de mi misma ciudad. Es vecino y amigo mío. Me alegro tanto de poder encontrarlo en el País de la Vida. Y dime, ¿cuánto me habrá adelantado? ¿Me será posible alcanzarlo?

CARIDAD. Debe estar pasando el Valle de Sombra de Muerte…

PEREGRINO. ¿Qué dices? ¿Qué lugar es ése, con tan siniestro nombre? ¿También yo tendré que pasar por él?

FE. El camino que lleva al País de la Vida no es un camino fácil. El enemigo de nuestro rey se ha esforzado por rodearlo de peligros para que nadie se le escape. Pero no temas, si realmente quieres llegar al final de tu viaje, nada ni nadie te lo podrá impedir. Peligroso es sin duda atravesar el Valle Sombra de Muerte. Y muy difícil pasarlo sin tropiezo. Por eso, será conveniente que te protejas con armas a toda prueba. Sólo así estarás seguro de salir indemne en caso de ser atacado. Ayudadme, hermanas. Traedle todas las armas que necesita.

PEREGRINO. No sé cómo agradeceros cuanto hacéis por mí…

FE. No hacemos más que cumplir con nuestro deber. Recuerda que la lucha más dura tendrás que enfrentarla contra ti mismo, contra tu temor, contra tus propias debilidades. Y para esa lucha, tienes que procurarte tú mismo tus propias armas… Aquí tienes un escudo para defenderte de los ataques del enemigo. Al Gran Enemigo le gusta atacar de lejos, y por sorpresa. Estate bien alerta pues muchos de sus dardos son invisibles. Y quizá alguno te alcance…

CARIDAD. Toma la espada del Espíritu. Cuando te encuentres en peligro, agredido por alguien que creas superior a tus fuerzas, ten por seguro que si la usas bien serás invencible. Pero no la pierdas como perdiste la carta. Sería tu ruina definitiva…

ESPERANZA. Si llevas puesto este yelmo, ningún golpe, por fuerte que sea, te podrá derribar. Es quizá la clave de tu salvación…

PEREGRINO. ¡Esperanza! ¡Qué sorpresa, encontrarte de nuevo aquí!

FE. Recuerda que no tienes ninguna protección en la espalda, y por lo tanto, volverla ante el enemigo sería tu perdición segura. Tienes que enfrentarlo siempre de cara. Si tienes valor y te mantienes firme, en el Valle de Sombra de Muerte no tendrás nada que temer.

CARIDAD. Está amaneciendo.

ESPERANZA. ¿Quieres descansar un poco o te encuentras dispuesto para seguir?

PEREGRINO. Vuestra ayuda me ha devuelto la confianza. Creo que no me faltará valor para continuar mi camino, aunque tenga que enfrentarme con el Gran Enemigo en persona. Quiero partir cuanto antes.

FE. Está bien. Me satisface ver recobrada tu ánimo. Pero no confíes demasiado en tus fuerzas ni olvides a quién te las da.

CARIDAD. No te detengas más, pues te queda un largo viaje y el tiempo es corto. Nuestras oraciones te seguirán adonde vayas.

PEREGRINO. Gracias, Caridad. Dios os pague a cada una con creces vuestra bondad para conmigo.

ESPERANZA. Él te acompañe.

(Sale Peregrino y telón.)



ESCENA 6. EN EL VALLE DE SOMBRA DE MUERTE

ENEMIGO. ¡Hola, amigo! ¿Qué haces tú por aquí?

PEREGRINO. He abandonado la ciudad de Destrucción y me dirijo al País de la Vida.

ENEMIGO. Lo cual quiere decir que eres uno de mis súbditos, porque tu ciudad me pertenece y yo, sábelo bien, soy tu rey. ¿Cómo tienes la osadía de abandonar tu patria? Si no fuera porque confío que me vas a servir mucho tiempo aún, te aplastaría en el acto, por prófugo y desertor.

PEREGRINO. Es verdad que he sido tu siervo hasta hace muy poco; pero tu servicio era tan pesado y tu paga tan miserable que he decidido salir de allí. El Rey del País de la Vida se ha ofrecido para darme asilo y librarme así de la pena de muerte que me espera si sigo a tus órdenes. Además, ¿cómo quieres que me quede en tu ciudad sabiendo que va a ser muy pronto destruida?

ENEMIGO. ¡Oh, sabes muchas cosas! Pero no creas que voy a conformarme tan fácilmente a perder mis súbditos, por poco que valgan. Y particularmente has de saber que no estoy dispuesto a perderte a ti. Puesto que te quejas del servicio y de la paga, te prometo, si te vuelves otra vez bajo mi mando, mejorar mucho tu condición y darte todo lo que me pidas.

PEREGRINO. Tú no me puedes dar lo que yo busco. Nada de lo que me puedes ofrecer me interesa. Estoy al servicio de un Rey más poderoso que tú, y no quiero por nada del mundo volver a ser tu esclavo.

ENEMIGO. Has obrado neciamente cambiando un mal por otro peor. Pero no le temo en absoluto a tu Rey. Sucede de ordinario que los que un día aceptaron ser sus siervos, como es tan exigente, al poco tiempo se le escapan, y vuelven a servirme con mayor sumisión que antes. Hazlo tú también, desde ahora y saldrás ganando.

PEREGRINO. Sé lo que me espera a tu servicio, ¡gran engañador!: La muerte. Sabes muy bien que la ciudad va a ser destruida y te esfuerzas porque nadie se escape para que todos perezcamos contigo.

ENEMIGO. ¡Qué ingenuo eres, Peregrino! No quiero discutir sobre ese asunto, que veo ignoras. Pero si temes esas supuestas amenazas de destrucción, te aconsejo que no les prestes oídos: son cosas de tu Rey, para llevarse a mis súbditos haciéndoles miedo. Y ahora, dejemos el asunto. Vuélvete enseguida y no me hagas perder la paciencia.

PEREGRINO. He dado palabra al Rey de la Vida de cumplir fielmente todas sus órdenes. Y no me volveré atrás por nada del mundo, y menos aún para servirte a ti, maldito farsante.

ENEMIGO. Un momento, no te exaltes. A mí también me juraste fidelidad y me has traicionado. Y sin embargo estoy dispuesto a perdonarte si entras en razón.

PEREGRINO. No insistas. Prefiero al Rey de la Vida. Su servicio, su paga, su gobierno, sus súbditos y su compañía me gustan más que los tuyos. Y por si fuera poco, le debo mi vida. No pierdas pues el tiempo intentando persuadirme: he tomado el camino de su Reino y lo seguiré hasta el final.

ENEMIGO. ¡Necio! Escucha bien lo que vas a encontrar si sigues por donde vas: dificultades, esfuerzos, peligros, necesidad, obstáculos, soledad. Todos los que lo siguen son unos desgraciados. Muchos incluso son víctimas de una muerte atroz. Y ninguno ha vuelto para contar las excelencias de ese Reino, ninguno. Además, si el servicio de ese rey es mejor que el mío, ¿por qué nunca hasta el día de hoy, ha salido de dónde está para rescatar de mis manos a los suyos? Yo, por el contrario ¡cuántas veces, según puede atestiguar el mundo entero, sea por la fuerza, sea por astucia, sea por fraude, o sea por engaño, a los míos caídos en sus manos, los he librado de su poder! ¡Y si tú quieres, también te libraré a ti!

PEREGRINO. El único fin desgraciado que me puede esperar es el de quedarme a tu lado. Lo que tú llamas una muerte desgraciada en los seguidores del Rey de la Vida, no ha sido más que el principio de una vida gloriosa. Y tú lo sabes bien, porque la vida que ellos pierden no es comparable a la que ganan. Y en cuanto a la liberación que me ofreces… bien sabes que hasta tú mismo estás condenado a muerte por el Gran Rey, a causa de tus muchos crímenes, y que tu ejecución no tardará.

ENEMIGO. Cállate. Te prohíbo que me hables de eso. Y no me menciones más a ese rey. Soy su enemigo mortal. Aborrezco su persona, sus leyes, su pueblo, y sobre todo a su hijo… He salido a tu encuentro con el propósito de impedirte el paso y lo conseguiré.

PEREGRINO. Mira bien lo que haces. Estoy armado.

ENEMIGO. ¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¿Vas a creer que puedo tener miedo de esas bagatelas? Está bien. Tú lo has querido con tu tozudez. Prepárate para morir, porque te juro que del Valle de Sombra de Muerte no has de salir. (Ataca a Peregrino, quien se defiende con el escudo. Al principio parece que gana Peregrino, pero un golpe del Enemigo le tira al suelo la espada. Se entabla una lucha cuerpo a cuerpo. Enemigo derriba a Peregrino al suelo, saca un puñal y va a clavárselo, pero en esto Peregrino encuentras en el suelo su espada.)

PEREGRINO. ¡Dios mío, mi espada!

ENEMIGO. Ya eres mío.

(Peregrino ataca al Enemigo con la espada.)

PEREGRINO. ¡Gracias, señor!

ENEMIGO. ¡Maldición! ¡Maldita espada, maldito peregrino y maldito rey! (Huye.) Me has vencido esta vez, pero prepárate. Me las arreglaré para destruirte…

PEREGRINO. (De rodillas.) ¡Oh, Señor! ¿Qué extraño poder tiene mi espada? Ahora empiezo a comprender las palabras que en la Casa de la Puerta Estrecha me enseñaron a orar: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”.

(Telón.)



ESCENA 7: ENCUENTRO CON FIEL

(Peregrino y Fiel conversan, sentados al borde del camino.)

PEREGRINO. Fiel, amigo mío, no sabes cuánto me alegro de haberte alcanzado y de que Dios me haya concedido la gracia de poder andar contigo el resto del camino. Saliste después que yo, y me has adelantado.

FIEL. Y ahora eres tú el que me alcanzas. Mejor hubiera sido venir juntos desde Destrucción, pero tú me ganaste en decisión, saliste antes y he tenido que venir solo.

PEREGRINO. Creo que este viaje lo hacemos todos solos… Y dime, ¿cuánto tiempo permaneciste en la ciudad antes de ponerte en ruta?

FIEL. Hasta que no pude aguantar más. Desde que saliste, la ciudad no ha cesado de hablar de la hecatombe que se avecina. ¿Sabes? Tus palabras y tu salida causaron gran revuelo…. Ellas me animaron a venir a mí…

PEREGRINO. Aun así, sólo tú has venido…

FIEL. Tengo la impresión de que aunque todos hablan del fin que se avecina, muy pocos lo creen de veras. O quizá piensen que aún hay tiempo para escapar más tarde, como creía yo…

PEREGRINO. ¿Sabes algo de Voluble?

FIEL. Sí. Sé que se fue detrás de ti. Y aunque no quiso decir nada del porqué de su regreso, todos vimos que volvía encenegada, como si hubiera caído dentro de un pantano. Desde su vuelta ha sido objeto de burla y de desprecio. Como es tan variable, nadie le tiene confianza. Ahora está sombría, como presa de una angustia, de una carga o de una culpa, que la abruma.

PEREGRINO. ¿Hablaste con ella?

FIEL. Cuando decidí emprender mi viaje, fui a verla. Era nuestra amiga y tenía esperanzas de que me siguiera. Ella había tenido siempre muchos amigos, pero ahora todos la desprecian. Y ¡cosa extraña! En cuanto le dije que había decidido seguir tu ejemplo y huir de la ciudad de destrucción, se puso a sollozar, como desesperada, pronunciando tu nombre. Y se alejó sin contestar a mis preguntas. Hice lo que pude para convencerla, sin ningún resultado: perecerá en la ruina de la ciudad. No tiene la fuerza de voluntad suficiente para aguantar frente al peligro. Su amistad con Mundano acabará por hundirle en la perdición. Por seguir la corriente…

PEREGRINO. ¡Dios se ampare de ellos!

FIEL. Y pensar que Mundano casi me convenció a mí también para que me quedase…

PEREGRINO. ¿A ti también?

FIEL. Al principio casi le creí. Me decía que para un hombre es vergonzoso, bajo y mezquino abandonar su ciudad, dejando en ella a los suyos, aunque fuera cierto lo de la amenaza de destrucción. Después empezó a hacerme dudar acerca de los propósitos del Rey de la Vida, diciendo que hacer caso a esas alarmas anunciadas por carta por un rey al que nadie en la ciudad ha visto jamás, ni nadie conoce, es hacer prueba de pobreza de espíritu y de una Credulidad impropia de un hombre inteligente. Objetó también, que ninguno de los poderosos, ricos y sabios del país es de nuestra opinión, y que ninguno de ellos se ha arriesgado a perderlo todo por seguir un camino que lleva a algo que nadie sabe lo que es.

PEREGRINO. Y, ¿qué le contestaste?

FIEL. No sabía qué decir. Empecé recordándole cómo el Hijo del Rey había dado su vida por nosotros, en manos de los crueles esbirros del Gran Enemigo, por venir personalmente a avisarnos de sus malvados planes. Habiendo hecho eso por nosotros, no puede por menos que merecer nuestra confianza y nuestra gratitud. Por eso le dije a Mundano que pensaba seguir las instrucciones del Gran Rey, aunque yo fuera el único en el mundo. No puedo despreciar su sacrificio por mí, sobre todo, sabiendo que si lo hago, lo que me espera es una muerte segura.

PEREGRINO. Así es, amigo mío. Mundano, y todos los que son como él, no sólo son unos ingratos, sino, en el fondo, unos suicidas. ¡Y sin embargo, con cuanto empeño se esfuerzan en que nadie se marche de la ciudad! Yo mismo, tuve muchas dificultades para deshacerme de Mundano. Y aun después de salir, me persiguió molestándome con sus insinuaciones, y hablándome mal de las flaquezas de los que un día decidieron obedecer al Rey de la Vida. Cuando vio que conmigo perdía el tiempo, me dejó, no sin antes maldecirme con soeces blasfemias.

FIEL. Hiciste bien en no escucharle, Peregrino. Lástima que convenza a otros más débiles, como a nuestra amiga Voluble.

PEREGRINO. Hicimos todo lo que pudimos para convencerla… Y dime, ¿tuviste algún contratiempo en tu viaje?

FIEL. No demasiados, por ahora. Lo más peligroso, el Valle de Sombra de Muerte, lo recorrí a la luz del sol, y por lo tanto, no me encontré con el Gran enemigo. Parece que él ataca de preferencia en la oscuridad.

PEREGRINO. ¡Dichoso tú! Yo me lo encontré cara a cara. El combate fue tan duro y tan reñido que pensé que acabaría muriendo en sus garras. No sé cómo encontré fuerzas suficientes para coger mi espada y ahuyentarlo. Aún me duelen las heridas. Pero gracias al cielo, estoy con vida, y vuelvo a recobrar mis fuerzas.

CRISTIANO. (Entrando.) La paz sea con vosotros.

FIEL. Bienvenido, Cristiano. Ideal compañía para estos pobres peregrinos.

CRISTIANO. Mucho me alegro de veros, compañeros. Veo que tras las pruebas habéis alcanzado la victoria, y que a pesar de vuestras faltas y flaquezas, habéis seguido en el camino de la vida hasta hoy. Muy cerca está ya la patria de nuestro rey. ¿Veis aquellas montañas? Sólo os falta cruzarlas para llegar al país donde estaréis seguros.

PEREGRINO. ¿Vendrás con nosotros?

CRISTIANO. Lo haría con gusto. Pero debo ayudar a otros a llegar hasta aquí. Ya casi estáis fuera del País del Enemigo. Pero tengo que advertiros que a pocas millas de este lugar, y muy cerca de la frontera, el enemigo tiene una ciudad, permanentemente en feria, que se llama Vanidad. Es seguro que allá intentarán reteneros, os instarán a que os quedéis, y si proseguís adelante, puede incluso que intenten mataros. Más de un viajero ha sellado su fidelidad y valentía con su sangre. Pero si sois fieles, si hiciera falta hasta la muerte, el rey os dará la verdadera vida. Quiero veros en la patria eterna, confío pues que os portéis como valientes y que sabréis luchar por lo que vale la pena. Defendeos con todas vuestras fuerzas. Pero confiad, Dios os protegerá.

PEREGRINO. Y, ¿no podemos evitar esa peligrosa feria?

CRISTIANO. El camino de la ciudad celestial pasa forzosamente por esa población. El enemigo la ha situado de manera que no se pueda llegar allá de otra manera. Hasta el Hijo del Rey, cuando estuvo entre nosotros, tuvo que pasar por ahí para encaminarse a vuestro país. El mismo enemigo dirigía entonces la feria, y tuvo la osadía de invitarle en persona a quedarse, o por lo menos a comprar algunas de sus vanidades. Aún más, le propuso hacerlo dueño de la feria, con sólo que aceptase hacerle una reverencia cada vez que pasara por delante del Gran Enemigo. Pero el Hijo del Rey no escuchó los ardides engañosos de ese farsante, y pasó de largo.

PEREGRINO. ¡Ojalá nosotros podamos pasar como él!

CRISTIANO. No tenéis por qué temer. Si habéis vencido al enemigo una vez, podréis vencerlo otra. Sólo puedo daros un consejo: no os entretengáis en nada. Pasad adelante, y atravesad la feria sin deteneros. Y ahora… debo marchar. Que Dios sea con vosotros.

FIEL. Que Él te acompañe.



ESCENA 8: EN LA FERIA DE VANIDAD

PEREGRINO. Asombrosa ciudad. Tentadora feria. La apariencia no es de peligro. Todo el mundo parece feliz…

FIEL. Cuidado, Peregrino. No te detengas. Recuerda el consejo de Cristiano: el peligro está en detenernos.

PEREGRINO. Estoy asombrado. No creo que nos ocurra nada sólo por ver, por mirar, por saber de qué se trata. Eso no nos va a tomar mucho tiempo…

FIEL. ¿Sabes tú acaso del tiempo de que dispones? Estando tan cerca del Reino, no debemos alargar innecesariamente nuestro viaje. Quizá una hora aquí represente el no poder entrar en el Reino nunca…

(La gente los mira, los interrumpe, les ofrece cosas.)

VANIDAD. ¿Sois extranjeros, gentiles caballeros? Mucho me asombran vuestros… modestos vestidos, y más aún me maravilla vuestro modo extraño de hablar. No hay quien os entienda. Pero si ponéis un poco de buena voluntad de vuestra parte, creo que podremos entendernos perfectamente. ¿Me permitís esta danza…?

CODICIA. Malditos peregrinos. No sé a qué habrán venido a esta feria, si no compran nada. Maldito el poco caso que hacen de mis preciosas mercancías. Ni siquiera se toman la molestia de mirarlas. ¿Qué queréis demonios comprar?

FIEL. Dejadnos, por favor. No nos interesa nada de lo que podéis ofrecernos.

CODICIA. ¡Orgullosos! ¡Imbéciles! ¡Espías! ¡A ellos la justicia!

(Vendedores, bebedores, danzarinas, intentan detenerlos y seducirlos. Ellos, especialmente Fiel, se niegan a sus invitaciones. Peregrino, a veces duda. Arrastrado un poco por Fiel, intentan avanzar y deshacerse de los feriantes.)

SOBERBIA. ¿Qué hacen aquí estos extranjeros? ¡Llamad a los guardias! No queremos intrusos.

CODICIA. ¡Que no se escapen!

VIOLENCIA. ¡Cogedlos! ¡Duro con ellos!

(Los cogen, los maltratan. Llegan los guardias, con el juez y calman a la multitud.)

JUEZ. ¡Silencio todos! Vamos a ver. Vosotros, ¿quiénes sois? ¿De dónde venís y adónde vais y qué hacéis aquí con esa facha?

FIEL. Somos peregrinos que venimos de la ciudad de Destrucción, y nos dirigimos al país de la Vida. No comprendemos el por qué de este alboroto, pues no hemos hecho ningún motivo para que vuestros súbditos nos traten así, y nos detengan en nuestro viaje.

SOBERBIA. Han venido a perturbar el orden de la fiesta.

LUJURIA. Nuestros visitantes son pacíficos y sobrios, y a lo que veo, no intentan hacer mal a nadie. ¿No los encontráis muy apuestos y agradables? Dejadlos, no les hagáis daño. Nosotras nos ocuparemos de darles posada, de cambiarles de ideas y de procurarles un lecho donde pasar la noche…

VOCES. ¡Ja, ja, ja, ja, ja!

PEREGRINO. Gracias, pero lo único que necesitamos es que nos dejéis continuar nuestro camino.

LUJURIA. ¡Ingratos! ¡Insolentes! ¿Así pagáis mi bondad desinteresada?

VOCES. ¡Ja, ja, ja, ja, ja!

JUEZ. Calmaos. ¿De qué acusáis a estos hombres?

CODICIA. Dejadme hablar a mí primero. Son perturbadores y enemigos de nuestro comercio. Alborotan la ciudad, perturban el orden público y soliviantan al pueblo en contra de nuestras leyes.

FIEL. ¿Puedo hablar?

JUEZ. Habla. Quizá sea por última vez.

FIEL. Señor, ni hemos promovido disturbios ni merecemos las acusaciones que vuestros súbditos nos hacen. Somos hombres de paz y si hemos transgredido las leyes de vuestra ciudad, sabed que fue por fidelidad a las leyes del Rey supremo, al que nosotros servimos y al que serviremos pase lo que pase.

JUEZ. Insolente. ¿Te atreves, de ese modo desafiante, a defender tu conducta delante de mí, cuando acabas de confesar que eres siervo del enemigo de nuestro rey?

LOCUAZ. Pues aún no lo sabéis todo, Señoría. Además de injuriar a nuestro rey, han insultado a importantes personajes de la ciudad. Yo misma les he oído despreciar las palabras de personas tan respetables como el Señor Codicia, o las señoras Vanidad y Lujuria…

VOCES. ¡Es verdad, es verdad…!

JUEZ. ¡Basta ya! Y tú, renegado, espía, traidor, ¿has oído lo que estos respetables señores testifican contra ti? Abjura de tus ideas y abandona el servicio de nuestro enemigo de tu propio grado porque no te vamos a dejar que te escapes a su país.

FIEL. No puedo hacerlo, señor. He jurado fidelidad al rey de la Vida, y no pienso intimidarme por vuestras amenazas.

JUEZ. ¿Así me respondes? ¡Desvergonzado!

VIOLENCIA. ¡Toma! ¡Así aprenderás a respetar a nuestro juez! (Lo golpea.)

FIEL. Deteneos. No me hagáis ningún mal. Nuestro rey os castigará si lo hacéis. Escuchadme: vuestro actual señor, el Gran Enemigo, os tiene engañados. La feria de Vanidad va a ser destruida en breve. Abandonadla y venid con nosotros al país de la Vida…

JUEZ. ¡Basta ya, embustero! ¡Malvado enemigo! No mereces vivir ni un momento más. Tú eres el que vas a ser destruido, y en el acto. Y tú también, miedoso canalla (dirigiéndose a Peregrino.)

PEREGRINO. Yo no, Señor, estáis en un error. Yo no soy como este hombre. Dejadme, os prometo que… soy como vosotros. Os lo probaré, pero no me hagáis nada. Dejadme…

FIEL. Peregrino…

JUEZ. Está bien, gallina. Vete. Y si me mientes, te juro que te descuartizo con mis propias uñas. Atad a este miserable (Fiel). Preparad los látigos… Y bien, ciudadanos. Aquí tenéis al que alborota nuestra pacífica ciudad. Acabáis de oír lo que estos dignos caballeros y damas han testificado contra él. También habéis escuchado sus propias palabras. Ahora, a vosotros os toca decidir. Hablad. ¿Alguien quiere seguirle… al País de la Vida? ¡Ja, ja, ja!

TODOS. ¡No, no, fuera, fuera!

JUEZ. Podéis condenarlo o salvarle la vida…

CODICIA. Este hombre es un enemigo peligroso para la ciudad.

VANIDAD. Fuera de aquí semejante aguafiestas.

LUJURIA. Le odio. ¿Habéis visto cómo me ha tratado?

VIOLENCIA. ¡Azotadlo! ¡Azotadlo hasta que muera!

CODICIA. Es un miserable espía. Acabemos con él cuanto antes.

JUEZ. Digno es de muerte.

TODOS. ¡Que muera! ¡Que muera!

JUEZ. Guardias, azotadlo hasta que lo hagáis pedazos. Y todos los que quieran ayudar a hacer justicia ¡duro con él!

TODOS. ¡Que muera…!

(Peregrino presencia la escena escondido. Al llegar aquí, huye desesperado.)

PEREGRINO. ¡Fiel, mi amigo…! ¡Oh, Dios mío, perdón, Dios mío…! (Sale.)




ESCENA 9: AL BORDE DEL GRAN RÍO

PEREGRINO. Miserable de mí, ¡cobarde, cobarde, traidor! Abandonar a mi amigo por miedo a la tortura… No tengo perdón. Ahora mi condena es inevitable. El rey no me perdonará nunca más. Todo mi viaje ha sido vano: en un momento de miedo, de cobardía, lo he perdido todo. Por mi cobardía, y ano podré llegar jamás al país de la Vida… NO me queda más que volverme a mi casa, a la ciudad de la Destrucción. Pero, ¿qué digo? Si no puedo llegar al país de la libertad, ¿para qué quiero llegar a mi ciudad maldita, condenada a la ruina? Lo mejor que puedo hacer es poner fin a mi vida. Bastaría con dejarme caer en lo profundo de esta sima. La muerte es mil veces preferible a vivir bajo el paso del remordimiento…
Mi lugar está ahí bajo, en el fondo la insondable sima de la Desesperación. Perdón, Señor, no quisiera ofenderte, pero te he debido defraudar tanto, que sólo desapareciendo creo que podré hacer algo para borrar mi culpa. Señor, apiádate de mi asquerosa alma…

ESPERAZA. ¡Peregrino!

PEREGRINO. Esperanza…

ESPERANZA. ¿Qué haces en este lugar? Es muy peligroso. Retírate de ahí. Bastaría muy poco para que cayeras para siempre.

PEREGRINO. Sí, bastaría muy poco para terminar de una vez…

ESPERANZA. ¿Qué dices, Peregrino? ¿Qué te pasa?

PEREGRINO. Creo que he llegado al final de mi viaje.

ESPERANZA. No has llegado aún, y tienes las horas contadas. ¿Por qué te entretienes aquí?

PEREGRINO. No puedo seguir adelante. Puesto que insistes, te lo contaré todo. Hace unas horas, en la Feria de Vanidad…

ESPERANZA. No hace falta que hables. Lo sé todo. Vengo de allí también, y sé lo que ha ocurrido con Fiel y contigo.

PEREGRINO. Entonces comprenderás por qué termino aquí mi viaje…

ESPERANZA. ¡Detente!

PEREGRINO. Aléjate de mí. No me toques. No soy digno ni siquiera de que me mires. Soy un cobarde, un traidor, un apóstata. He luchado mi última batalla y la he perdido, mejor dicho, me he rendido cobardemente al enemigo. No debo seguir viviendo. Mi viaje ya no tiene sentido. Salí en busca de libertad y perdón para conseguir la vida, pero yo mismo me he acarreado otra vez la condena y la muerte. Adiós, Esperanza. Cuando vuelvas a la Casa de la Puerta Estrecha, cuéntales a todos mi historia, para que nadie repita nunca mi experiencia. Tú misma vas a ser el único testigo de cómo terminó el viaje de un Peregrino que salió de su tierra buscando el país de la vida, pero que nunca llegó por cobarde…

ESPERANZA. Peregrino. No sabes lo que dices. ¡Qué poco conoces a nuestro Rey! ¿No fue él quién te llamó de Destrucción para librarte de la muerte? ¿Has olvidado que siempre envió a alguien en tu ayuda cuando estabas en peligro? El Rey quiere que vivas. No pudo vencerte el gran enemigo en el valle de sombra de muerte, ¿y te dejarás vencer por tu propio desaliento? Perder una batalla no es perder la guerra. Vuelve a emprender tu camino. Yo sé que tu arrepentimiento es sincero, y el Rey, me consta, te perdonará. Al otro lado de este río, ahí mismo, empieza su reino. No abandones la vida cuando la tienes al alcance de tu mano. Sólo un esfuerzo más. El tiempo apremia, y el Rey nos espera.

PEREGRINO. Jamás podré entrar. He caído tan bajo que no puedo aspirar a ningún perdón. No puedo apartar de mis ojos la mirada que me dirigió Fiel en el momento de su muerte… Era como si el Rey en persona me estuviese mirando…

ESPERANZA. ¿Y qué viste en esa mirada, viste acaso odio, hostilidad, repulsión…?

PEREGRINO. No. Sólo vi tristeza: una tristeza indescriptible, como un reproche mezclado de decepción y de amor. Y al mismo tiempo una paz…

ESPERANZA. Tú puedes tener también esa paz que aspiras, sin necesidad de tronchar tu vida. He caminado muchas leguas sin descanso para alcanzarte, y para decirte que el Rey puede perdonarte con tal que cruces el Gran Río antes de la noche.

PEREGRINO. ¿Es verdad cuanto me dices? Pero, ¿cómo podrá perdonarme otra vez el Rey cuando sepa lo miserablemente que me he portado?

ESPERANZA. Lo sabe ya. Y lo deplora, es cierto. Pero sabe que tú también detestas tu conducta, y que ahora, si el caso se volviese a presentar, jamás volverías a ser un cobarde como lo fuiste. Aquí estoy como prueba de tu perdón.

PEREGRINO. No puedo creerlo. Sería demasiado hermoso. ¿Has venido expresamente por mí?

ESPERANZA. No sabría decirlo. Yo también quiero llegar al País de la Vida. A mí también, como a ti, sólo me falta cruzar el Río. El Gran Río es profundo, frío y turbulento. Me da miedo cruzarlo sola…

PEREGRINO. Tú debes llegar al otro lado. Yo no. Los seres como yo no pueden vivir en la otra orilla. Adiós. Que alcances muy pronto la felicidad que mereces…

ESPERANZA. ¿Vas a dejar el camino cuando falta tan poco? Tu cobardía última sería peor que las anteriores. Me duele en el alma oírte hablar así. Yo estaba segura de pasar contigo el río. ¿Podrás dejarme sola? ¿Permitirás que me arrastre la corriente?

PEREGRINO. ¡Oh, no, Esperanza! Tú debes llegar a la otra orilla. Tienes que llegar, aunque tenga yo que acompañarte para asegurarme de que nada te ocurre hasta que estés a salvo. Y si es necesario, daré mi vida para salvar la tuya. Y si el río me arrastra en mi esfuerzo por llevarte al otro lado, aceptaré feliz esa muerte.

ESPERZA. Pasaremos el río, estoy segura, con tu ayuda. Démonos prisa. Ya cae la tarde y el río es ancho y turbio. El tiempo se acaba…

PEREGRINO. Esperanza, quiero que llegues. Llegarás a salvo.

ESPERANZA. Llegaremos juntos, Peregrino.

PEREGRINO. Vamos, entremos ya en el agua.

ESPERANZA. ¿Sabes? Ya no tengo miedo.

PEREGRINO. Veo la otra orilla, y no está lejos. Mira, ¿qué es ese resplandor que se acerca hacia nosotros?

ESPERANZA. ¡Es el hijo del Rey que viene a nuestro encuentro!